Obama pedirá al grupo que cree una cuenta con fondos y un tercero lo gestioneNUEVA YORK. Tras el empate del pasado fin de semana entre la selección estadounidense de fútbol y su némesis inglesa, algo que a este lado del Atlántico se ha interpretado como una rendición en toda regla del Reino Unido, las rencillas entre ambos países van más allá del Mundial. British Petroleum (BP) esboza una hoja de ruta a contrarreloj que permita al presidente del Consejo de Administración, Carl-Henric Svanberg, presentar el próximo miércoles un plan claro y conciso al presidente norteamericano, Barack Obama. De momento, la reducción del dividendo de la petrolera parece asegurado. Al menos así lo confirmaba ayer el británico The Times, que hizo referencia a una reunión del consejo de la compañía que tendrá lugar hoy y en el que sus miembros plantearán una reducción del dividendo como mejor solución para tratar de firmar la paz con el manda- tario estadounidense. Según fuentes de la petrolera, los directores del consejo tienen intención de recortar sensiblemente las retribuciones a sus accionistas, pero evitarán eliminarlas completamente. "Saben que las circunstancias no son normales", aseguró al rotativo. La reunión del consejo Aún así, Sheila William, portavoz de BP, explicó que "se barajarán varias posibilidades", en referencia a la reunión de hoy, aunque apuntó que "no se espera una decisión definitiva esta semana". BP, que cuenta entre sus consejeros para lidiar con este delicado asunto con John Studzinski, de Blackstone o con el banco Goldman Sachs, ha perdido en los últimos dos meses el 40 por ciento de su valor en bolsa y eso le convierte en una presa perfecta para una posible oferta de compra por parte de Exxon Mobil o Chevron que podrían permitirse pagar las 73.000 millones de libras esterlinas (86.000 millones de euros) que vale la compañía. Durante el pasado fin de semana, los ataques de la Administración Obama se agudizaron, mientras los expertos aseguran que el vertido provocado por la explosión y posterior hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon escupe hasta 40.000 barriles de crudo diarios al Golfo de México. BP no espera triplicar su capacidad para recoger el crudo hasta mediados de julio, cuando podría llegar a capturar hasta 50.000 barriles diarios. Con la tensión a flor de piel, el jefe de los guardacostas de EEUU, el almirante James Watson dio un ultimátum de 48 horas a BP para tomar medidas más agresivas y detener la fuga, a través una carta enviada el pasado viernes a la petrolera británica. Por su parte, Obama mantuvo una conversación telefónica el pasado sábado con su homólogo británico, David Cameron, al que aseguró que su frustración sobre el vertido no es, bajo ningún concepto, un ataque deliverado contra el Gobierno del Reino Unido. De todos modos, fuentes cercanas a la Casa Blanca explicaron que el demócrata pedirá el próximo miércoles a Carl-Henric Svanberg la creación de una cuenta con fondos de BP y administrada por terceros para hacer frente a las reclamaciones de pequeños empresarios y otros ciudadanos afectados por el vertido. Los medios de comunicación de EEUU dijeron que Obama pediría miles de millones de dólares a la británica. La nueva cara de BP En este sentido, el rotativo inglés también puso de manifiesto que uno de los consejeros de BP advirtió que es importante tener en cuenta que la creación de un fondo, como el propuesto por Obama, permitirá evitar correr la misma suerte que con el desastre de Exxon Valdez en 1989, cuyas indemnizaciones todavía siguen enmarañadas en los tribunales de EE.UU. "Tenemos que demostrar que queremos pagar por adelantado y no queremos esperar a un juicio", advirtió el consejero. A partir de ahora, la figura de Carl-Henric Svanberg será la nueva insignia de BP en EEUU. Hasta la fecha, su falta de participación en los acontecimientos ocurridos alrededor del vertido habían despertado críticas, y más en un momento en que el consejero delegado de la compañía, Tony Hayward, se ha convertido en la oveja negra.