Sacyr estudia llevar a todo el Consejo de Administración galo ante los tribunales madrid. Nuevo frente de batalla. La estrategia puesta en marcha por Eiffage para crecer por la Península Ibérica puede terminar en los tribunales. El motivo es que este movimiento puede interpretarse como una jugada del Consejo de Administración francés para convertir a Sacyr en un competidor y, con este argumento, defender su continuo veto a la empresa española. El artículo 233.32 del Código de Comercio francés exige a los administradores no llevar a cabo ninguna acción que pueda obstaculizar una opa en curso. En cambio, sí tienen las manos libres para buscar otras ofertas competidoras.Pero, por el momento, los pasos que está dando Roverato y el resto de consejeros de Eiffage parecen dirigidos a hacer derrapar la oferta española. "Vamos a vigilar todos sus pasos", señalan desde Sacyr, que podría termina presentando una denuncia contra todo el Consejo de Administración de Eiffage si considera que ha intentado obstaculizar su oferta y, por tanto, se ha saltado el deber de pasividad.Un terreno donde los franceses pueden hacer algún movimiento es España. Eiffage prevé cerrar este año la compra de tres empresas en la Península Ibérica y prevé duplicar por ciento su cifra de negocio en este mercado en los próximos tres años.Este movimiento parece ir dirigido a convertir a Sacyr en un competidor, ya que actualmente no lo es. Aunque los dos grupos operan en el negocio de las infraestructuras, obtienen la mayoría de sus ingresos en mercados distintos. De hecho, la empresa presidida por Luis del Rivero rechaza competir en aquellos mercados donde Eiffage está firmemente asentada, como Francia y Europa del Este.Un escenario que no impide a Roverato definir al grupo español como su competidor. Aunque es consciente de que en España sólo se han encontrado las caras en un contrato: el tramo de alta velocidad Figueres-Perpignan.Además, como se trataba de un concurso hispano-galo, Eiffage pujó por la parte francesa, mientras que Sacyr lo hizo en España. Al final, la compañía presidida por Roverato y ACS se hicieron con el triunfo.Sacyr ya ha presentado una denuncia ante el tribunal de Nanterre, acusando a Roverato de carecer de poder para anular los derechos de voto españoles; y otra ante el supervisor bursátil francés por la venta de autocartera.