madrid. La situación económica ha llevado a Banco Santander a replantear su estrategia en toda Europa del Este. La última decisión importante adoptada por la entidad financiera es aparcar definitivamente el llamado plan Rusia, que tantas expectativas generó en el equipo directivo del grupo español hace casi cuatro años. La entidad busca ahora comprador para su filial en Moscú, que también tiene oficinas en San Petersburgo, después de haber interrum- pido sus operaciones a principios de este año. En 2006, el Santander adquirió por 40 millones de euros un pequeño banco dedicado a la financiación de automóviles. Entoces, los responsables del grupo señalaron que era un paso importante para su historia. De hecho, era la primera entidad española que entraba en este mercado. La idea era explorarlo para buscar in situ las oportunidades de crecimiento. Sin embargo, el negocio de esta franquicia no ha aumentado excesivamente y sus resultados no consiguieron alcanzar tasas positivas. En 2008 tuvo que inyectar 14 millones de euros a JSC Consumer Bank en una ampliación de capital y el ejercicio pasado generó pérdidas de un total de cuatro millones de euros. Además, en 2009 efectuó una depreciación de 9 millones en su valoración, que se sitúa ahora en poco más de 46 millones de euros. El sistema elegido es similar al de otras filiales de consumo, como la francesa o la eslovaca. En caso de no encontrar un comprador, dejará morir la cartera de créditos. El presidente del Santander, Emilio Botín, ya adelantó en la última presentación de resultados que el plan Rusia estaba congelado, pero no se refirió a una salida inmediata de este país. La antigua república soviética se incluía dentro de los objetivos del grupo cántabro de establecerse en las llamadas economías BRIC (Brasil, Rusia, India y China). En la primera ya es uno de los primeros agentes financieros del país, en la segunda está a punto de tomar la decisión de retirarse, en la tercera aún no ha desarrollado un proyecto concreto mientras que en la cuarta región intenta estrechar lazos con algún socio local. Dentro de la filosofía que desarrolla la entidad que preside Emilio Botín está la idea de que una vez que entra en un país, el Santander pretende liderar el sector. En caso contrario, decide abandonarlo y realizar los esfuerzos en otros que aporte más valor y bajo esta máxima habría comenzado a diseñar su retirada de Rusia . Un coste mayor en Alemania La apuesta en el segmento de consumo ha variado significativamente en los últimos años y se centra ahora más en Europa Central, donde su presencia es elevada, sobre todo, en Alemania, tras la compra de las financieras de General Electric (GE) en el Viejo Continente a cambio de la firma italiana Iterbanca. En marzo, debido a un ajuste del precio de la transacción, el Santander desembolsó un total de 160 millones a General Electric por la sociedad germana. Otro de los mercados claves de la nueva estrategia del banco con sede en la madrileña localidad de Boadilla del Monte es Noruega. Con el objetivo de reforzarse en el país, Santander Consumer Finance tiene previsto inyectar a la filial de aquel país un total de 1.150 millones de coronas (135 millones de euros aproximadamente al cambio actual). Esta operación en el país nórdico fue aprobada por la Comisión Ejecutiva del banco español del día 15 del pasado mes de marzo. Ahora, la entidad española pone en revisión alguna de las operaciones para su expansión internacional.