barcelona. La Gallina Blanca que Luis Carulla Canals fundó en 1937 ha echado a volar. Tras 80 años de historia, aquella empresa de caldos, que basó su éxito en las estrecheces alimenticias de la posguerra, se ha convertido en un gigante del sector agroalimentario y de la higiene infantil y femenina. En el ejercicio 2005, el último del que se tiene datos, Agrolimen, cabecera del grupo, alcanzó unas ventas de 1.489 millones de euros.El grupo está controlado por los dos hijos del fundador. Luis y Artur Carulla Font. El primero ejerce de presidente y durante años fue el primer ejecutivo del grupo. Su personalidad se ajusta mucho a la figura del empresario tradicional catalán, amante de la discreción más absoluta que le permite pasearse por la avenida Diagonal de Barcelona sin que casi nadie le reconozca. Sin ningún tipo de proyección pública, Luis Carulla se encargó de gestionar una de las etapas menos transparentes en la vida de la empresa.Su hermano, Artur, un gestor más actual, le sucedió como consejero delegado en 2001. En enero de 2004, Agrolimen vendió su filial de confitería Joyco, la antigua General de Confitería, a la multinacional estadounidense Wrigley por 215 millones. Artur se había dado cuenta de que el negocio de la confitería estaba quedando en manos de grandes multinacionales y propuso a la familia Bernat una fusión de Joyco con Chupa Chups. Su oferta fue rechazada y vendió la empresa. Tres años después los Bernat se vieron obligados a hacer lo mismo.Por el contrario, el grupo apostó por la comida para animales, donde se ha hecho fuerte y es el tercer fabricante europeo del sector de alimentos secos para mascotas.Un grupo con cuatro patasJunto a la comida para mascotas, el grupo tiene otras tres patas sobre las que se sustenta. La principal es la actividad tradicional: sopas, caldos y pastas. Para crecer en este mercado, en 1964, Agrolimen vendió el 50 por ciento de Gallina Blanca a la multinacional norteamericana Borden. Durante más de 30 años, esa alianza permitió a los Carulla beneficiarse del apoyo de una multinacional. Sin embargo, en 1997, Agrolimen decidió recomprar la mitad del capital en mano americanas e independizarse porque el volumen de Gallina Blanca ya permitía contar con un departamento de investigación y desarrollo de productos propio.Pero el año pasado, los Carulla, de la mano de Artur, decidieron volver a utilizar la fórmula de ceder el 50 por ciento de las acciones a una empresa extranjera, pero en este caso no era para contar con apoyos, sino para engullir a la italiana Star en una operación que sitúa a Gallina Blanca como primer fabricante de sopas europeo."Las cosas han cambiando mucho, lo que antes hizo Borden en España lo ha hecho ahora Gallian Blanca en Italia", señalan fuentes del sector.La segunda pata del grupo es la higiene infantil y femenina. A través del grupo Arbora&Ausonia, los Carulla gestionan las principales marca del mercado español: Dodot, Evax, Ausonia y Tampax. En este mercado, los Carulla también acudieron en su día a la fórmula tradicional de ceder la mitad del capital a una multinacional, en este caso Procter & Gamble. La alianza continúa pese a que los americanos han hecho ofertas a los Carulla una y otra vez para comprarles su parte.Finalmente, Agrolimen cuenta con el grupo de restauración Eat Out, que aglutina marcas como Pans&Company, Fres Co., Bocatta, Fresh&Ready o Pastafiore, entre otras. Este conglomerado es el de más reciente creación y es el que sirvió a Artur Carulla para ganarse la fama de buen gestor dentro de su familia ya que esta rama de actividad nació de una idea suya.Quercus, la última aventura La última iniciativa de los Carulla ha sido la creación de Quercus Capital Riesgo, una sociedad ajena los negocios tradicionales. De hecho, para diferenciarlo del grupo, la sede de Quercus está en Madrid, a 625 kilómetros de la sede de Agrolimen.Quercus está ideado a imagen y semejanza de Inversiones Hemisferio, la sociedad de inversión del presidente de Planeta, José Manuel Lara. Desde hace casi dos años Lara es presidente del Círculo de Economía y Artur Carulla es uno de sus vicepresidentes, lo que ha intensificado la relación entre ambos.Tanto es así que la primera gran inversión que hizo Quercus fue la compra del 20 por ciento de Clickair, la compañía aérea de bajo coste en la que participa Iberia. En el mismo sector Inversiones Hemisferio fue unos de los socios fundadores de Vueling, la primera aerolínea creada con capital catalán.A los gestores de Quercus el sector aéreo parece que les ha gustado y, ya sea para proteger sus participación en Clickair o por el futuro del sector, ahora han decidido formar parte del consorcio formado por el fondo estadounidense Texas Pacific Group (TPG), British Airways y las españolas Vista Capital, propiedad del Santander, e Inversiones Ibersuizas. La intención es que los socios españoles controlen el 51 por ciento de las acciones de la nueva Iberia. La participación de Quercus, en caso de que ésta sea la oferta que triunfe en la compra de Iberia, todavía no está definida.El resto de inversiones de Quercus no son significativas, ya que se limitan a una participación en la empresa de rótulos luminosos Odeco. Sin embargo, la sociedad, que se beneficia de un trato fiscal favorable, también intentó la compra de Central Lechera Asturiana, una operación en la que el grupo catalán se topó con el rechazo frontal de los accionistas asturianos.