Al ideólogo de la 'mini ciudad' turística más lujosa del Caribe le llueven propuestas de inmobiliarias y hoteleras españolasMADRID. Aunque está a ocho horas en avión de España, la parte más oriental de República Dominicana se ha convertido en un antojo para multitud de inversores españoles. Allí se está levantando Cap Cana, una mini ciudad turística que promete convertirse en el rincón más exclusivo del Caribe. El proyecto ideado por el dominicano Ricardo Hazoury estará finalizado dentro de quince años. Entonces, valdrá 2.000 millones de dólares. Sus tierras se revalorizan a un ritmo del 35 por ciento anual y "mi intención es que Cap Cana se convierta en el destino más caro del Caribe. En cinco o seis años será el número uno de la zona", afirma Hazoury. Sin duda, un suculento pastel en el que aún están a tiempo de entrar inmobiliarias y cadenas hoteleras españolas. Sin embargo, son muchas las que ya lo han intentado y pocas las que lo han conseguido. De momento, sólo NH, vía Sotogrande, y la cadena canaria Altabella, están construyendo allí sus hoteles y residencias turísticas. Entrar en el proyecto no es fácil porque hay que cumplir con severas condiciones de calidad y gran lujo. Quienes no pierden la esperanza por poner sus ladrillos allí son un par de reconocidas compañías españolas. Ricardo Hazoury prefiere no dar nombres, pero adelanta que ambas pujarán en una semana junto con tres compañías más. El objeto en cuestión: "Un solar de 300.000 metros cuadrados que cuesta 70 millones de dólares. En él, podrán construir un hotel y casas".Cap Cana, que pertenece al holding Abrisa (participado por la filial dominicana de Mapfre), ha tenido una lluvia de pretendientes españoles desde que en 2001 se pusiera en marcha. Sol Meliá se interesó, pero quien se quedó a las puertas de este proyecto de 120 millones de metros cuadrados y 5,5 kilómetros de costa fue Occidental Hoteles. Muy presente en el Caribe con establecimientos todo incluido (servicio que Cap Cana descarta), "hace dos años nos sentamos con ellos para negociar, pero no hubo acuerdo porque hacemos las cosas de diferente forma", explica Hazoury. Más cerca de conseguirlo estuvo una reconocida inmobiliaria cuyo nombre prefiere no desvelar. La promotora española entró con buen pie pero salió al poco con un traspiés: "No cumplieron con un pago inicial y el acuerdo se rompió", concluye.