Primero la fachada y después los cimientos. Esta nefasta técnica de construcción y el proceso de reestructuración financiera diseñado por el Banco de España, cuyo grueso se ha ejecutado en poco más de una semana, guardan cierto paralelismo tal y como coinciden en denunciar diversas fuentes del sector.Y todo a golpe de teléfono, en una semana de alta tensión que culminó tras dos días de auténtico infarto en las que hubo un constante cruce de llamadas con las que se intentó reorganizar el sector. Bajo el lema "aquí todos hablamos con todos", las cajas habían entrado en un proceso en vía muerta que Miguel Ángel Fernández Ordóñez resucitaba al activar la bomba de relojería de la supervisión: la intervención. La caída de CajaSur retumbó en todo el sector, que inmediatamente entendió que las advertencias del Banco de España ahora iban en serio. Con el horizonte del 15 de junio como fecha tope para presentar los proyectos de integración, y finales de ese mismo mes para presentarse con los papeles en la ventanillas de Bruselas para que sean autorizadas las ayudas al sector financiero, había que pisar el acelerador. La CAM fue la primera en captar el mensaje y, tras un tormentoso fin de semana de negociaciones con llamadas telefónicas de por medio, el lunes 24 de mayo se echaba en brazos de Cajastur para formar un SIP con Caja Extremadura y Cantabria. Aquel paso dejaba huérfanas al 50% de las cajas que, en un principio iban con el anterior consorcio, pero el Banco de España no estaba dispuesto a dejar que se desandara el camino andado. Caja Murcia, que junto a Cajastur había liderado el proyecto que más tarde se escindió, recibía una llamada telefónica con la indicación de ponerse al frente de un SIP que acogiese a Sa Nostra, Caja Granada y Caixa Penedés. El miércoles, a la vista de que muchas de las operaciones en curso no terminaban de fraguar, el Banco de España daba otro empujón. El as que tenía en la manga para endurecer la normativa sobre provisiones - que supone una merma del 10% sobre el beneficio de las entidades-, se ponía sobre la mesa. Pero ese movimiento no amilanó a Caja Ávila y Segovia a la hora de decir no a Banca Cívica. ¿La razón? Las dos cajas castellanas sabían que el Banco de España ya había llamado al 112, es decir, al equipo de rescate comandado por Caja Madrid. Se trataba del último cartucho para la traca final que tenía preparado el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez en la semana grande de las cajas. Sin importar las complementariedades, ni las duplicidades, ni las distancias geográficas, la entidad que preside Rodrigo Rato recibió la invitación para ponerse al frente de un SIP formado por Caja Ávila, Segovia, la Insular de Canarias, Laietana y Rioja. Regulación flexible Fernández Ordóñez parece mostrarse, además, flexible a la hora de interpretar la regulación por la que se permitirá a ese SIP solicitar entre 2.500 millones y 3.000 millones de euros al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob). Y es que, con la actual normativa en la mano, la fusión fría que lidera Caja Madrid podría no cumplir el requisito establecido por el que si la entidad más grande no eleva su activo más del 25% no puede acceder al fondo. A ese SIP se ha subido Caixa Laietana, la entidad a la que el Banco de España tuvo que buscar acomodo ante la imposibilidad de que se aliase con Penedés -acérrimos enemigos- y Girona. Y con ésta última en el SIP liderado por Caja Murcia... ¿qué hacer con la gerundense? El guión escrito por Fernández Ordóñez también contemplaba este capítulo. Un capítulo que arranca marcando desde un teléfono del Banco de España el prefijo 93 para pedirle a La Caixa que se haga cargo de la entidad catalana. Según aseguran fuentes conocedoras de la conversación, todo fueron facilidades, porque el conseller de Economía y Finanzas de la Generalitat de Cataluña, Antoni Castells, ya había arrancado ese compromiso al presidente de La Caixa, Isidro Fainé. Eso sí, la operación será por absorción y sin que La Caixa puede acceder a las ayudas del Frob tras fagocitar a Caixa Girona. "¡A Enrique Fuentes Quintana le iban a colar esto de los SIP!" reconocía recientemente un alto directivo bancario en una conversación informal, en la que arremetía contra un proceso de reestructuración pilotado por el Banco de España y para el que denuncian que no ha despreciado ninguno de los medios para obtener su fin. Hasta tal punto, que ha decidido ser flexible a la hora de interpretar las normas por las que se permite a las entidades acceder al Frob. Los más críticos con su actuación son los sindicatos. "La falta de autoridad ha llevado a fusiones sobre la marcha", critica el secretario general de Comfia-CCOO, José María Martínez, que coincide con el secretario general de ahorro de UGT, Antonio Muñoz, al arremeter contra la falta de transparencia del supervisor. Mientras, el teléfono del gobernador sigue en línea y conectado, ¿en qué caja sonará ahora?.