La pregunta sigue en el aire. ¿Cuál es el recorrido del precio de la vivienda en España? Desde la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima) se prevé un ajuste progresivo y sin desplomes, y un consecuente reequilibrio de la economía del que nadie debería salir mal parado. Por L. A.El presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima), José Manuel Galindo, vaticina que los aumentos de precio en la vivienda que se producirán entre el próximo año y el siguiente serán similares al IPC. Galindo hace un repaso de las cuestiones más candentes del sector y apunta sus tendencias de futuro.P A su juicio, ¿cómo está evolucionando el sector inmobiliario en lo que llevamos de 2007?R Ha seguido el comportamiento que ya esperábamos. No ha habido sorpresas en el ritmo de crecimiento del precio de las viviendas, ni tampoco en el de la producción. Nosotros habíamos dicho que se iba a producir un ajuste tendente hacia una normalización de los parámetros de mercado y una tendencia en precios en paralelo al IPC de aquí a dos años. Por de pronto, hemos bajado de los dos dígitos.P ¿Seguirá la producción los mismos tiempos?Todavía es alta porque la inercia de nuestro mercado hace que las decisiones que se tomaron hace varios años no se paralicen de golpe y, además, hay que tener en cuenta que el proceso de producción es largo. Esto hará que, todavía este año, la producción sea importante, y eso independientemente de que los tipos de interés hayan subido, aunque creo que a éstos les queda poco recorrido al alza. P ¿Podemos dar por hecho que se ha cerrado un ciclo y que ahora empieza otro?R Lo que podemos decir es que estamos en un escenario de aproximación a una meseta, en cuanto a producción e incremento de precios. El problema es saber cuándo se va a llegar a esa meseta. Nosotros ya hemos dejado de hacer análisis basados en métodos regresivos, que lo que hacen es proyectar en el futuro lo que estaba pasando anteriormente. Esto se cumple normalmente cuando hay un ciclo creciente, pero ahora se está aproximando al límite.P ¿Sería muy arriesgado predecir cuándo se va a producir una bajada en el precio de las viviendas?R No va a haber bajadas. De lo que se trata es de ver cuándo se producirá el punto final del ajuste. Los incrementos de precios que nosotros esperamos que se produzcan entre el año que viene y dentro de dos años serían similares al IPC.P Parece que tras las últimas subidas de tipos se está notando cierta morosidad en el mercado… R Yo creo que no. El endeudamiento de las familias se ha incrementado, pero su riqueza patrimonial, mientras, se ha cuadriplicado. Es decir, que la revalorización del precio de la vivienda compensa con creces el aumento de la deuda. Por eso, los bancos deben estar tranquilos. El único riesgo correspondería a los que acaban de comprar una vivienda ahora o hace cuatro meses. Los que lo hayan hecho hace dos años, ahora se encuentran con que vale un 25 por ciento más.P ¿Qué consecuencias puede tener la ralentización que se está produciendo en la construcción? R Afecta a dos ámbitos: a la cifra de negocio de las empresas y al empleo, y consecuentemente a la economía. En cuanto a la primera, hay que tener en cuenta que en 1998 había unas 18.000 empresas inmobiliarias, mientras que en 2006 eran unas 45.000, pero muchas surgieron para desarrollar productos concretos y desaparecerán debido al endurecimiento del mercado. Así, la posible bajada del negocio, exclusivamente derivada del sector residencial, va a ser compensada por varios factores. Primero, porque las empresas que queden tendrán que repartirse el mismo pastel o un poco menos. Y, segundo, porque durante los últimos años las firmas del sector se han diversificado en productos y mercados. P ¿Cómo se producirá el ajuste del sector residencial? R Nosotros ya hemos puesto cara y ojos a la futura demanda en los próximos cuatro o cinco años. No vamos a bajar de una necesidad de 500.000 viviendas, de las que 400.000 corresponderán a la formación de hogares y el resto a las nuevas residencias, de nacionales o extranjeros. Todo debido al crecimiento de la población, a la inmigración y al tipo de hogar, cada vez con menos personas.P Señalaba también que la ralentización de la construcción afectará al empleo. ¿De qué manera lo hará?R Evidentemente, si producimos menos viviendas puede haber un empleo excedentario. Pero yo no veo ninguna dificultad en que ese potencial excedente sea recuperado por el sector industrial o el de servicios.P ¿Qué opina sobre la nueva ley del suelo?R Todavía es pronto para valorar los efectos. Nosotros hemos manifestado que había algún aspecto donde se podría correr un cierto riesgo, fundamentalmente en las valoraciones. Pero los efectos los tenemos que medir en función de cómo lo interpretan las entidades financieras. Desde mi punto de vista, la realidad se impone a los artificios. En el fondo, el sistema de valoración intenta objetivar el valor del suelo a través de unos parámetros definidos por ley y, sin embargo, los suelos, dentro de lo que es una economía de mercado, se han estado pagando en función de lo que demanda el vendedor y lo que ofrece el comprador. Yo creo que una ley no puede cambiar una realidad económica ni a corto ni a medio plazo. Hay que ver cómo se comporta el mercado, cómo las entidades tasadoras tasarán los suelos y cómo las entidades financieras interpretarán esas tasaciones.P Uno de los objetivos de esta ley es acabar con la corrupción urbanística, que ha debilitado la credibilidad del sector. ¿Qué se puede hacer para recuperarla?R Nosotros no queremos negar el problema, pero sí acotarlo en su justo término, porque se puede hablar de una genralización. Todos los agentes intervinientes en el proceso tenemos que hacer transparentes nuestras actuaciones para erradicar la corrupción. El primer interesado en acabar con ella es el propio sector. Asprima tiene un código ético que excluye a aquellas empresas con estos comportamientos; y podemos decir que en nuestro entorno no se ha producido ningún caso que contamine a esta asociación.P ¿Qué otros retos tiene el sector?R Estamos desarrollando acciones de responsabilidad social, tanto en Asprima como en las empresas del sector. Otro reto, desde el punto de vista del negocio, es la ganancia en productividad. El sector de la construcción es necesariamente de baja productividad, porque tiene una mano de obra poco cualificada, pero creo que se pueden hacer cosas al respecto. Otro de nuestros intereses, que se enmarca en nuestra responsabilidad social, es la reducción de la siniestralidad laboral, pero también pedimos que cada palo aguante su vela, ya que hay que tener en cuenta que el proceso de construcción es complejo y en él intervienen muchos agentes, algunos con gran cualificación y responsabilidad, como arquitectos, aparejadores y entidades de control técnico. P ¿Y en el futuro, qué papel jugarán la tecnología y la domótica en las nuevas viviendas? R El progreso es continuo, pero también pienso que las cosas no se pueden cambiar de la noche a la mañana, sino que todo esto tiene que madurar y ser absorbido. No todas las viviendas han de tener una gran complejidad, sino que hay que conciliar las posibilidades de las nuevas tecnologías con las realidades de las demandas y el empleo que le den los usuarios. No obstante, siempre es bueno que la tecnología y la innovación vayan por delante, porque constituyen una referencia.