Prevé doblegar la resistencia de la lusa con una mejora de 800 millones, hasta los 6.500 millonesEl grupo español comparece hoy ante sus accionistas con la compra en Brasil encarriladamadrid. Todo tiene un precio. Telefónica lo sabe y todo apunta a que bastará con incrementar en 800 millones de euros su oferta por la operadora brasileña Vivo, hasta los 6.500 millones. Con dicho esfuerzo, Telefónica está a punto de culminar el sueño más anhelado de su reciente historia. Con esa mejora del 14 por ciento, el grupo español confía en convencer a Portugal Telecom (PT) y encarrilar la adquisición de la operadora de móviles líder de Brasil. Con esa cantidad sobre la mesa, negociada desde el pasado lunes, al consejo de administración de Portugal Telecom sólo le restará convocar una junta extraordinaria para reconsiderar favorablemente la nueva oferta del grupo español. Ese objetivo se materializará en cuanto PT se asegure su continuidad en el mercado brasileño a través de Brasil Telecom. De todo ello conversaron los representantes de las dos operadoras ibéricas la semana pasada. Como ya estaba prevista en la oferta de Telefónica lanzada el pasado 5 de mayo, la operación contempla el pago de otros 600 millones para recompensar a los titulares del 40 por ciento de las acciones ordinarias de Vivo. Poco a poco, Telefónica ha manejado los tiempos de la operación para lograr su objetivo antes del próximo domingo, fecha en la que concluía el plazo inicial de la oferta lanzada a PT para comprar la participación de la lusa en Brasilcel, cuya primera puja fue de 5.700 millones de euros. El momento no ha podido ser más oportuno, ya que el nuevo movimiento de Telefónica se produce en la víspera de la Junta de Accionistas de la compañía, que hoy se celebra en el Pabellón de la Cristal de la Casa de Campo de Madrid a partir de las 13,00 horas. En su encuentro anual con los dueños del grupo, Alierta presumirá de crecimiento con la compra de Vivo ya encarrilada. Asimismo, el presidente de la teleco propondrá la aprobación de las cuentas de 2009 así como el reparto de un dividendo de 0,65 euros con cargo a Reservas de Libre Disposición de 2009, para así alcanzar los 1,15 euros. Durante las últimas semanas, los accionistas de la lusa han lanzado mensajes en los que mostraban implícitamente su disposición a escuchar nuevas ofertas. Esta voluntad por desbloquear la situación posiblemente animó al grupo que preside César Alierta a tirar de talonario. Algunos analistas hacían cábalas con precios de entre 6.000 y 8.000 millones de euros, por lo que la propuesta de la compañía española se fijó en la parte baja de la horquilla. Pacto amistoso entre vecinos Desde el pasado 6 de mayo, fecha en la que Telefónica lanzó su primera ofensiva por Vivo, el tiempo ha corrido en contra del grupo español, que había calificado el precio como una "oferta total, justa y final". Entre otros detalles, dicha cantidad suponía una prima del 145 por ciento sobre los precios de Vivo de la primera semana de mayo. La puja por Vivo resulta apabullante para PT, ya que equivale al 78 por ciento del valor medio de la capitalización bursátil de la lusa. Es decir, por un esfuerzo sensiblemente mayor, Telefónica podría haber dirigido su artillería hacia el operador vecino para pretender matar dos pájaros de un tiro: PT y Vivo. Al final, Alierta ha optado por la vía amistosa, algo que seguro celebran los socios ibéricos. Los títulos de Telefónica se revalorizaron ayer el 0,1 por ciento, hasta los 15,58 euros, mientras que los de Portugal Telecom repuntaron el 1,39 por ciento, hasta 8,47 euros, muy cerca del máximo de los dos últimos años. En ambos casos, trascendió en la prensa portuguesa el principio de acuerdo con los mercados ibéricos ya cerrados. Como es costumbre en cualquier proceso de negociación, la primera oferta nunca suele ser la definitiva. Con esa teoría, el consejo de Administración de PT rechazó los 5.700 millones en efectivo que Telefónica llevaba en la mano. Seguro que sospechaban que, con un poco de templanza, el precio siempre podría incrementarse en cuestión de semanas. Y así ha sido.