El texto recogerá la generalización del contrato de 33 días de despido sin sustituir al de 45 días, acotará los contratos temporales e implantará el modelo austríaco. elEconomistaEl Gobierno ha perdido las esperanzas de un acuerdo tripartito con empresarios y sindicatos y ya tiene lista su reforma laboral, el decreto que llevará al Consejo de Ministros previsiblemente el próximo viernes 11 de junio para que, este mismo mes, sea convalidado por el Congreso de los Diputados. Así lo adelantó ayer el ministro de Fomento, José Blanco, en el marco de el Ágora de elEconomista, un encuentro de alto nivel institucional y empresarial realizado con la colaboración de Ernst&Young y Rover Alcisa. En este sentido, Blanco confesó su "intuición" de que la reforma laboral no llegará a buen puerto. "Nos hubiera gustado que Gerardo, Méndez y Toxo lo hubieran resuelto, pero intuimos que no va a ser así", reconoció el ministro. Ésta fue la visión más pesimista de un Blanco que defendió que el Ejecutivo hará "la reforma laboral que le gusta al Gobierno y la que conviene a España" e insistió en que sacará adelante el texto "cueste lo que cueste" con el objetivo de modernizar el mercado de trabajo. De hecho, según confirmaron fuentes certeras a este periódico, el Gobierno tiene previsto llevar el texto de la reforma laboral el próximo lunes, 7 de junio, al Eurogrupo, que se celebrará en Bruselas, y el martes al Ecofin, reunión de los ministros de Economía y Finanzas de los 27 países comunitarios, que tratará, entre otros temas, los planes de ajuste fiscal de España y Portugal para ver si responden a las expectativas del Pacto de Estabilidad comunitario. Pondrán, por tanto, nota a sus planes de consolidación fiscal. De todas maneras, Blanco no cerró la puerta definitivamente a que la reforma se pueda asentar "en base al acuerdo" con los agentes sociales, lo que supondría la mejor opción. El contenido del decreto En cuanto al contenido de este decreto, José Blanco -que recordó que no es el ministro de Trabajo- reconoció que el Ejecutivo quiere poner en marcha una reforma que sea "más accesible y menos gravosa para la contratación indefinida y más rígida para la contratación temporal". En este sentido, fuentes cercanas a la negociación social reconocieron ayer a este periódico que el decreto-ley que prepara el Gobierno recogerá la generalización del despido de 33 días con 24 mensualidades al contrato de fomento al empleo indefinido para los despidos improcedentes objetivos o disciplinarios, modificando así los fallos que contemplaba la reforma del 97. Esto supondrá un abaratamiento del despido, aunque tan sólo se realizará de forma temporal. El contrato de 33 días será válido desde que la reforma entre en vigor hasta el 31 de diciembre de 2012. Pese a la modificación, el contrato de 33 días "no sustituirá al contrato indefinido ordinario de 45 días de despido", tal y como aseguró el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. Y es que no será válido para todos los colectivos de trabajadores. El modelo austríaco de indemnización por despido será otro de los pilares de la reforma. Este sistema abonará el 40 por ciento de los despidos objetivos del contrato de 33 días, con lo que el empresario tan sólo pagará 20 días de indemnización con 24 cuotas. Esta subvención bien se podrá dotar a través del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), bien a través de un nuevo fondo o dotado con nuevas cuotas. Asimismo, el "acotamiento jurídico" de la temporalidad también estará recogido en el decreto, según señaló ayer Corbacho. Con esta limitación de los contratos temporales, el Gobierno pretende atajar la dualidad del mercado, aunque se enfrenta a la negativa de los empresarios. Otro tema que se recogerá en el texto, aunque de menor trascendencia, es el modelo alemán de reducción de jornada. Eso sí, los empresarios se despiden de la reducción de cotizaciones. "Siete u ocho días" de plazo En relación a los plazos, Blanco echó un capote a la vicepresidenta económica, Elena Salgado, al insistir en que cuando la responsable económica apuntó a que la reforma estaría lista antes de final de mes se refería a que entonces "estará aprobada", no a que se vaya a prorrogar la negociación otro mes. En este sentido, explicó que, si no hay consenso con los agentes sociales, el Gobierno llevará el decreto al Consejo de Ministros para que, este mes de junio, pueda convalidarse en el Congreso de los Diputados. A este respecto, el titular de Trabajo, Celestino Corbacho, volvió a fijarse ayer una fecha límite: "En no más allá de siete u ocho días debemos concluir este proceso". Así, Corbacho apuntó en TVE que la negociación estará cerrada "a mediados de la próxima semana". Las otras partes implicadas en la negociación mostraron ayer posiciones más o menos optimistas para llegar a un acuerdo. El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, presente en el Ágora, coincidió tras la intervención del ministro con su visión pesimista al apuntar a que el Ejecutivo tendrá que gobernar porque la patronal sólo firmará un acuerdo "serio, profundo y global" y no una "reforma light". Mientras, desde Bruselas, los líderes sindicales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, mostraron su predisposición a llegar a un acuerdo y negaron estar "haciendo el paripé" por seguir en la mesa. La parte difícil de la negociación, recordaron, sigue estando en el abaratamiento del despido. Fuera de la mesa de diálogo social, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, cuestionó que "no es de recibo ni justo" que, tras dos años de negociaciones, siga sin haber una reforma laboral. Los populares achacaron la prórroga a que Zapatero "no tiene valentía para hacer reformas". CiU denunció que es "un error" que no se presente ya la reforma en el Congreso de los Diputados. La reforma en el Congreso Blanco volvió a ejercer ayer de vicesecretario general del PSOE para erigirse como hombre fuerte del Gobierno y de José Luis Rodríguez Zapatero. En este sentido, explicó que, si la reforma laboral ha de convalidarse en el Congreso, será necesaria "la responsabilidad" de los grupos parlamentarios. Consciente de las dificultades para recibir apoyos después de que el decreto antidéficit fuera aprobado en exclusiva por los 169 diputados socialistas, Blanco puso el acento en que no se han perdido apoyos, porque "los mismos que respaldaron a Zapatero en su investidura votaron el decreto". Su principal crítica fue dirigida al PP, por irresponsabilidad, y tras cuestionar que "tiene poca confianza en sí mismo" como para perder la oportunidad de aprovechar "su momento". "Ésta es la oposición que tenemos", resaltó para apuntar a que Rajoy tendrá que dar explicaciones en Europa. Frente a las críticas, el ministro defendió que "el precio de la inacción hubiera sido mucho mayor que el que pagaremos con las medidas de ajuste" y reconoció que "nos han impuesto" la reducción drástica del déficit desde Bruselas... pero como a otros países. Además, reconoció que el Gobierno tardó en adoptar las medidas porque a "a nadie le gusta tomar decisiones difíciles", pero restó importancia a la rebaja salarial media del 5 por ciento a uno de los colectivos más afectados por el recorte, los funcionarios: "Equilibrará su poder adquisitivo", concluyó.