Jorge Montes, presidente durante más de cinco años, se va, y el fabricante de motores se reorganizaEl retraso del 'A380' y la pérdida de contratos han afectado a la carga de trabajo de su socio ITPmadrid. La crisis de Airbus continúa dando sus últimos coletazos en España. El retraso del lanzamiento del superjumbo, el avión comercial más grande del mundo, no sólo ha afectado al fabricante aeronáutico sino a sus principales proveedores. Y este es el caso de Rolls-Royce. La compañía de motores ha reorganizado su negocio en España para superar esta crisis.La empresa británica ha decidido convertir su filial española en una oficina comercial tras la marcha de Jorge Montes, presidente de Rolls Royce España. Montes ocupaba el cargo desde el 3 de septiembre de 2001.Fuentes oficiales de la compañía consultadas por este periódico se limitaron a señalar que "Rolls- Royce agradece la contribución de Jorge Montes durante los últimos cinco años. España es un país importante para Rolls-Royce, especialmente por nuestra posición en Industria de Turbo Propulsores (ITP). Además Rolls-Royce tiene más de 60 empleados en España".Sin embargo desde el sector se cree que Montes, que no tendrá sustituto, "ha podido tener cierta disparidad de criterios". Sea cual sea la razón, lo cierto es que durante los últimos años han ocurrido varios acontecimientos en España que no han gustado a Rolls-Royce. El primero de ellos se produjo en la segunda mitad de 2002, cuando Gamesa y Sener (socio de Rolls-Royce en ITP) intentaron crear un gigante aeronáutico español sin contar con la colaboración del fabricante británico de motores. Tras las quejas de Rolls-Royce, rectificaron y le ofrecieron entrar en el consorcio. Pero la aventura estaba herida de muerte desde sus orígenes y se vio abocada al fracaso. El segundo feo que la industria española le hizo a Rolls-Royce fue durante la privatización de la empresa Turbo 2000, propiedad de la Sepi (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales). Al gigante de motores británico le podría haber interesado comprarla para aumentar el 47 por ciento que controlaba en ITP pero las bases del concurso pusieron en bandeja las acciones a Sener, que no desaprovechó su oportunidad: tras la operación pasó a controlar el 53 por ciento de la empresa de Zamudio.Los últimos contratiempos de Rolls-Royce en España han sido comerciales. El retraso en las entregas del A380 supuso para su participada ITP una menor carga de trabajo. De 24 motores Trent 900 -el modelo que propulsa al superjumbo- que la compañía española tenía previstos construir en 2007, sólo va a fabricar la mitad.La carga de trabajo que proporciona Rolls-Royce a ITP es fundamental para el desarrollo de negocio de la compañía vasca. Sólo el programa Trent 900, en el que ITP fabrica varias partes del motor, supondrá unos ingresos para el grupo de 1.700 millones de euros en los próximos veinte años.Uno de los últimos problemas comerciales de Rolls-Royce en España ha sido la pérdida de un contrato para motorizar el último pedido de aviones de Marsans. El grupo turístico presidido por Gonzalo Pascual ha encargado doce A330-200 para surtir a Air Comet y Aerolíneas Argentinas.Sin presidente en España, la oficina comercial de Rolls-Royce tendrá que reportar directamente a Londres. La compañía le quiere quitar hierro al asunto asegurando que el cambio "no afectará ni a las relaciones con ITP ni a las actividades en mercados en los que Rolls-Royce opera en España: sector aerospacial, militar, energía y naval".