Caja Madrid liderará una 'fusión fría' en la que estarán Ávila, Segovia, Insular, Laietana y Rioja Mientras, La Caixa atiende a las peticiones de la Generalitat para absober a Caixa Gironamadrid. El Banco de España dio ayer el empujón final al proceso de reestructuración financiera de la mano de Caja Madrid y La Caixa. La entidad que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez se vio obligada a recurrir a las dos grandes entidades para poner un punto y seguido al proceso de ajuste que podría escribir nuevos párrafos en los próximos días. Tras una semana que arrancaba con los coletazos de la intervención de CajaSur, el Banco de España lanzaba el mensaje de que esta vez iba en serio. Y sólo un par de días más tarde daba otra prueba, al endurecer la normativa sobre provisiones orientada a meter presión en un proceso de ajuste que ayer iba a vivir su traca final de la mano de los dos grandes artilleros del sector. A la luz del día, ayer se comprobó que el portazo que daban Ávila y Segovia a Banca Cívica (Caja Navarra, Canarias y Burgos) no estaba hueco. Las dos castellanas ya estaban en negociaciones con Caja Madrid para consolidar la segunda gran caja española y en la que también participarían la Insular de Canarias, Caixa Laietana y Rioja. Fuentes próximas a una de las cajas castellanas reconocen que esta opción estaba sobre la mesa desde el principio. Según relatan a este periódico, la entrada de Ávila y Segovia suponía su práctica desaparición con lo que la respuesta era decir "no". ¿Alternativa? Las dos cajas castellanas nunca han ocultado su interés por integrarse en la caja de la comunidad con la que limitan por dos costados y, pese al enfando de la Junta de Castilla y León, el Banco de España accedió. Eso sí, la entidad que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez puso tres condiciones añadidas a la integración de Ávila y Segovia con Caja Madrid: Caixa Laietana, Insular de Canarias y Caja Rioja. Juntas, consolidan a la entidad madrileña como la segunda caja española con un volumen de activos de 227.000 millones de euros, 19.000 empleados y 2.975 oficinas. El resultado final no se explica, sin embargo, sin la cocina previa. Fuentes conocedoras de los contactos desvelan que ha habido reiteradas conversaciones entre la ministra de Economía, Elena Salgado, y el propio gobernador del Banco de España, en las que se habría intentado arrancar el compromiso del nuevo presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, para ser la pareja de algunas de esas entidades que se quedaban solteras. Esta petición también habría sido formulada desde las filas socialistas, con las que Rato habría tenido un gesto. Sin embargo, Caja Madrid también se beneficia de una operación a través de la cual puede fortalecer sus ratios de capital. Aunque desde cada una de las cajas que participan en este Sistema Integral de Protección (SIP) se insiste en que en esas conversaciones aún no se ha hablado de petición de ayudas al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), todas admiten, a través de un comunicado conjunto, que "la creación del nuevo grupo "permitiría reforzar la solvencia y la liquidez del conjunto de cajas de ahorros que lo conformen y su calificación crediticia". Dada la coyuntura actual y pese a la excelencia de los gestores con los que cuentan estas entidades, serán unos objetivos difíciles de cumplir sin recurrir al instrumento que ha puesto a su disposición el Gobierno para engrasar el proceso de reestructuración. Una por una, ayer cadacaja de las que formarán este SIP reconocieron ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el inicio de unas conversaciones que están "en fase preliminar" a la vez que supeditan el éxito de las negociaciones a la aprobación de los órganos de gobierno de las entidades y de las autoridades administrativas competentes. A través del mismo comunicado, las seis cajas de ahorros avanzan que la nueva entidad alcanzaría una notable dimensión y cobertura nacional, manteniendo el liderazgo de cada caja en sus respectivos territorios de origen. Pero pese al paso de gigante que da la entidad madrileña y con el que acorta distancias con su principal competidor en el mercado español, La Caixa también recibió ayer la invitación del Banco de España para colaborar en este proceso acelerado de reestructuración financiera. Una invitación que La Caixa no pudo rechazar después de haber declinado la petición de la entidad central de salir al rescate de la malograda Caja Castilla-La Mancha (CCM). La entidad que preside Isidre Fainé confirmaba ayer el inicio de conversaciones con Caixa Girona, en una operación que dada la abultada diferencia de tamaño supone de facto una absorción pura y dura de la gerundense. Según aseguran fuentes conocedoras de los detalles de la operación, la pelota está hora en el tejado de Caixa Girona, que tendrá que decidir en su consejo de administración del lunes si da su visto bueno a la operación. Sin embargo, cabe esperar pocas sorpresas. Tal y como adelantó elEconomista el pasado lunes, el conseller de Economía, Antoni Castells, habría conseguido el compromiso de Isidre Fainé - que es, además, el actual presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA)- de salir al rescate de las cajas catalanas que se quedasen sin pareja en el baile de fusiones. Tras la creación de Unnim, el desembarco de Laietana en el SIP liderado por Caja Madrid, y la más que probable inclusión de Penedés en la otra megafusión que lidera Caja Murcia, Caixa Girona ya daba por hecho el movimiento que ayer se comunicaba oficialmente a la CNMV. Por esa razón no sorprende que la operación ya cuente con la anuencia tanto de la Generalitat de Cataluña como del Banco de España. De hecho, el conseller de Economía y Finanzas de la Generalitat se erigió ayer en improvisado portavoz de las entidades al afirmar que los contactos están "muy avanzados" para adelantar después que "se tendrán noticias de forma muy inminente". No obstante, y probablemente con la intención de repartir responsabilidades sobre las presiones ejercidas, y nunca reconocidas, en el proceso reestructuración, Castells también insistió en que el Banco de España "quiere que los procesos de fusión sean rápidos", tras recordar que existen fechas límite para presentar las solicitudes de fusión. Operación descompensada En cualquier caso, esta es una fusión descompensada, tanto por la dimensión como por los ratios que manejan una y otra caja. A modo de ejemplo, cabe destacar que Caixa Girona tenía una morosidad declarada del 5 por ciento al cierre del pasado año, por encima de la media del sector en España, situada en el 4,86 por ciento. El consejo de administración de Caixa Girona que se celebra el lunes tiene pocas alternativas, sobre todo, después de haberse negado en redondo, el pasado mes de marzo, a una operación mucho más igualitaria con las cajas de Terrassa, Sabadell y Manlleu. Pero ahora el escenario es distinto ya que los consejeros de los dos sindicatos representados en el máximo órgano de gobierno de la caja se prevé que voten a favor, cosa que no hicieron en el consejo de marzo, ante la perspectiva de convertirse en trabajadores de La Caixa. De hecho, ayer CCOO emitió un comunicado condicionando su apoyo a la fusión a "la homologación de las condiciones laborales de la plantilla de Caixa Girona a las de La Caixa mediante la firma de un acuerdo laboral de fusión", además de otros puntos como que la entidad resultante sea una caja o que se mantenga la obra social. Pero la irrupción de las dos grandes cajas del sector no supone el punto final a un proceso que el Banco de España no da por concluido y que las propias cajas reconocen que sigue abierto. De hecho, el presidente de Caja Segovia, Atilano Soto, no descartaba ayer más incorporaciones... ¿cuál será la próxima?