Los consejos se oponen por mayoría a la unión con Navarra, Burgos y Canariasvalladolid. Los consejos de administración de Caja Segovia y Caja Ávila votaron ayer en contra de su integración en Banca Cívica, lo que les abre las puertas a retomar su proyecto de fusión con Caja Madrid. Pese a las advertencias de la Junta, que horas antes había considerado "apremiante" que las dos cajas se uniesen al proyecto en el que también está Caja de Burgos y a que las negociaciones para llegar a una integración que satisfaciese a las dos partes se prolongaron hasta el último minuto, 12 consejeros de Caja Segovia votaron en contra, dos se manifestaron a favor y tres dejaron su papeleta en blanco. En el caso de Caja de Ávila, el resultado de la votación fue aún más rotundo, con 14 votos en contra y tres a favor. La decisión de la Caja segoviana da al traste con los planes del Banco de España. Ahora, las entidades que presiden Atilano Soto y Agustín González podrían retomar las negociaciones co n Caja Madrid. De hecho, tanto Caja Segovia como Caja de Ávila habían cerrado hace meses una integración con Caja Madrid, aunque la Junta de Castilla y León la paralizó y las forzó a que negociasen con Banca Cívica para aumentar el peso de las entidades regionales en el proyecto que ha promovido Enrique Goñi. El Consejo de Caja Segovia facultó ayer al presidente y al director general a iniciar negociaciones de integración de forma inmediata. En fuentes cercanas a la caja abulense se asegura en este sentido que hay alternativas viables, en clara referencia a la entidad que preside Rodrigo Rato. Desde Banca Cívica se aseguró tras conocerse el no de segovianos y abulenses que "a pesar del gran esfuerzo negociador llevado a cabo por el grupo, han surgido diferencias sustanciales en varios puntos de la operación y no se ha llegado a un acuerdo, entre otras cuestiones, respecto a las valoraciones finales asignadas a Caja de Ávila y Caja Segovia". A este respecto aclara que la imposibilidad de encontrar una posición de consenso en la negociación se ha debido "a los altos estándares de solvencia y capital exigidos para sumarse a este proyecto, que depende del 'core capital' y de la capacidad de generación de recursos recurrentes", ya que no se va a recurrir a las ayudas del Frob. Como adelantó elEconomista, el reparto de la cuota territorial fue uno de los principales escollos para el acuerdo. La propuesta de Banca Cívica remitida a las dos entidades reservaba para Caja de Burgos la mayoría de las provincias de la región y Cantabria y deja a Segovia su territorio natural y Guadalajara, mientras que Ávila podría operar también en Salamanca y Toledo. La segoviana no quería renunciar a Valladolid, entre otras cosas porque tienen una red comercial que es rentable y porque su salida podría suponer la pérdida de importantes clientes relacionados con el mundo empresarial, oriundos de Segovia y que viven en Valladolid y muy vinculados a la entidad. Otro de los escollos era el peso que cada entidad tendría en la futura entidad. Fuentes de las cajas abulense y segoviana explicaron que Banca Cívica se negaba a calcularlo en base a los datos definitivos de cada entidad correspondientes a 2009 y se aferraba a las previsiones que se manejaron cuando comenzaron las negociaciones. Otro de los problemas para el acuerdo ha sido la ausencia de representantes de Caja Ávila y Caja Segovia en el primer nivel ejecutivo de la nueva entidad. En este sentido, fuentes de las dos cajas han dudado que hubiese una voluntad real por parte de Banca Cívica, porque en todo momento se han negado a sentarse a negociar y las comunicaciones han sido por correo electrónico. Ahora, tras el no de las dos cajas, habrá que ver si la Junta concede a Caja de Burgos la autorización para su integración en Banca Cívica.