Las instituciones académicas vascas lideran un cambio de visión en la formación: diseñar carreras vanguardistas para favorecer el surgimiento de nuevos sectores. Esto se traduce en carreras en alta cocina o en videojuegos y bibliotecas multimedia. Por C. L.Hasta hace muy poco era normal que las universidades tratasen de adaptarse a las necesidades de formación de las empresas que componen su entorno económico y social. Desde este planteamiento nació la mayoría de las facultades existentes en las universidades presentes en esta comunidad autónoma: Universidad del País Vasco UPV-EHU, Universidad de Deusto, Universidad de Mondragón, Universidad de Navarra-Tecnun y Escuela Universitaria de la Cámara de Bilbao. Dentro de esta dinámica se inscriben a su vez la creación de aulas específicas y estudios de postgrado, fruto de la colaboración de las facultades y empresas. Sin embargo, en los últimos años, en el País Vasco ha comenzado una corriente bien diferente: dotarse de nuevos estudios, en sectores de vanguardia, con el objetivo de convertirse en un acicate de generación económica y atracción de empresas. Basque Culinary Center (BCC) Estamos ante un proyecto que demuestra que Euskadi no sólo tiene grandes cocineros y empresarios, sino grandes visionarios. Hace pocos meses se colocó la primera piedra de la Basque Culinary Center (BCC), una nueva facultad y centro tecnológico especializada en la alta cocina, radicada en San Sebastián, adscrita a la Universidad de Mondragón (universidad promovida por el grupo cooperativo Mondragón), que creyó desde el principio en el proyecto. Para hacer realidad BCC fue determinante el apoyo de los primeros espadas de la alta cocina vasca. El patronato de la fundación de BCC está compuesto por los cocineros Juan Mari Arzak, Martín Berasategui, Pedro Subijana, Karlos Arguiñano, Andoni Luis Aduriz, Hilario Arbelaitz y Eneko Atxa y por el rector de la Universidad de Mondragón y presidente del centro, Iosu Zabala. La guinda del pastel está en la presidencia del Comité Asesor Internacional: Ferrán Adriá. Basque Culinary Center contará con un edificio singular en el Parque Tecnológico de San Sebastián, cuyo diseño se asemeja a platos de cocina y que es obra del estudio donostiarra Vaumm Arquitectura y Urbanismo. En conjunto se trata de un proyecto que requerirá de una inversión de 17,1 millones y se espera que esté operativo a partir de octubre de 2011. En su financiación participan, entre otros, el Ministerio de Ciencia e Innovación, el Gobierno vasco, la Diputación Foral de Guipúzcoa y el ayuntamiento de San Sebastián. También se han sumado al proyecto el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Real Academia Española de Gastronomía. Facultad de videojuegos Un presupuesto mucho más modesto es el manejado por la Escuela Universitaria de la Cámara de Bilbao que, de la mano de la multinacional formativa DigiPen, quiere que en el País Vasco surja una potente industria vinculada al mundo de los videojuegos. Los primeros pasos se darán bajo la fórmula de estudios de postgrado o másteres, que empiezan el próximo otoño. El objetivo es que la escuela de DigiPen en Bilbao sea reconocida por Educación como carrera superior. En el acuerdo entre la Cámara y DigiPen jugó un papel destacado el que fuera hasta el año pasado director general del órgano cameral, Juan Luis Laskurain, quien en su día fue uno de los artífices de la negociación que hizo posible traer la franquicia Guggenheim a Bilbao. Laskurain compara ambos procesos y espera que a través de la captación de este centro de formación tan especializado se pueda generar toda una industria de alto valor añadido alrededor de sus instalaciones. Biblioteca Deusto y Paraninfo La universidad también lidera la transformación urbana de Bilbao con dos obras emblemáticas, no sólo desde el punto de vista arquitectónico sino de adaptación de las infraestructuras docentes a los nuevos aires de Bolonia, que promueven una formación mucho más participativa por parte del alumno. Lo que es ya una realidad que asombra a todo aquel que la visita es la nueva biblioteca de la Universidad de Deusto, denominada oficialmente Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación (CRAI). Se ubica junto al Guggenheim y a los pies de la Torre Iberdrola. El bello edificio diseñado por el arquitecto Rafael Moneo es mucho más que un almacén de libros (alberga 800.000 volúmenes, la mayor colección de todo el País Vasco); es un edificio equipado con los últimos avances multimedia que espera convertirse en un núcleo fundamental de la formación e investigación universitaria. CRAI también supone un hito por su financiación, ya que se trata de una obra que requirió una fuerte inversión, unos 40 millones. La universidad logró un importante apoyo por parte de BBVA y BBK. Después constituyó un Patronato, al estilo de los museos, al que se sumaron Banco Santander, Iberdrola, el ayuntamiento de Bilbao, la Diputación de Vizcaya o La Caixa. El siguiente hito universitario, que culminará en los próximos meses, es el nuevo Paraninfo de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), que implica una inversión de unos 35 millones. Su ubicación se encuentra justo al lado de la Biblioteca CRAI de Deusto, por lo que el arquitecto Álvaro Siza ha diseñado un edificio acorde al de su vecino. Su equipamiento prevé un auditorio para medio millar de personas, salas de conferencias y el Rectorado y el Consejo de Gobierno de la UPV-EHU. Se trata de una infraestructura promovida por BBK que después cede su uso a la Universidad.