Ultiman un nuevo acuerdo, donde se repartirán las seis plantas previstasmadrid. No pudo ser. Las infidelidades empresariales han roto el matrimonio entre Acciona y Repsol, que se habían prometido amor eterno en el creciente negocio del biodiésel y ahora, en cambio, debaten los últimos flecos de su divorcio. Como adelantó elEconomista, sus respectivos affaires con Enel y Sacyr Vallehermoso han sido los culpables de esta ruptura, cuyo último capítulo podría escribirse en las próximas semanas, con el reparto definitivo de las seis plantas que había previsto poner en marcha juntos.Éste contemplará tanto acuerdos de suministro por parte de Acciona a Repsol YPF como los puertos donde cada uno levantará sus plantas. La única plaza donde parece que seguirán unidos como hasta ahora será Cabreros del Río (León), donde ya están operando juntos. Bilbao y Coruña, en cambio, son los enclaves más espinosos, ya que ambas compañías los consideran estratégicos para su negocio.El caduco acuerdo, sellado en marzo de 2006, contemplaba una inversión de trescientos millones de euros en la puesta en marcha de seis plantas de biodiésel.Cambio de sociosEl detonante de la ruptura entre Repsol y Acciona fue la decisión de esta última de unirse al italiano Enel para adquirir Endesa. Una jugada que la petrolera interpretó como un drástico cambio de las reglas de juego, ya que la compañía presidida por José Manuel Entrecanales se había unido a un competidor y, por tanto, no podían compartir información confidencial sobre su estrategia en biodiésel.Pero Acciona hace el mismo reproche a Repsol YPF, ya que la petrolera ha unido su destino a Sacyr Vallehermoso, sin importarle que se trate de un competidor directo del grupo de infraestructuras. La compañía presidida por Luis del Rivero es el primer accionista de Repsol YPF, con un 20,01 por ciento del capital. Además, cuenta con tres sillones en el Consejo de Administración, uno de ellos, la vicepresidencia primera.