Las empresas de nuestro país pueden estar satisfechas. España ocupa la primera posición europea y la tercera en el mundo en la clasificación mundial de certificados ISO 14001, que demuestran la implantación de un sistema eficaz de gestión ambiental. Por J. L.Las últimas cifras ponen en evidencia que España se acerca a las 10.000 certificaciones ISO 14001, una norma que avala la implantación de un sistema eficaz de gestión ambiental en una organización y, en consecuencia, su compromiso con la preservación del entorno. Se sitúa así en la primera posición europea y en la tercera del mundo, solamente por detrás de Japón y China. AENOR, con casi la mitad de los certificados, lidera en nuestro país el ranking de certificadores, seguido a larga distancia de Bureau Veritas. La ISO 14001 es el único referencial internacional reconocido para el sistema de gestión medioambiental. Basado sobre el principio de la mejora continua (ciclo de Deming), tiene como finalidad identificar, verificar y controlar los aspectos medioambientales de cualquier organismo. Desde AENOR explican que el compromiso empresarial con el medio ambiente ofrece "una excelente oportunidad para contribuir a la preservación de nuestro entorno". Además, "permite mejorar la imagen pública de la organización, optimizar su proceso productivo, mejorar el aprovechamiento energético, utilizar mejor sus recursos y lograr una reducción de costes". Y en Bureau Veritas añaden que la sociedad actual posee una alta sensibilidad hacia los temas ambientales: "los clientes concienciados con el medio ambiente prefieren hacer negocios con empresas que comparten la misma idea". Por eso, afirman que implantar un sistema de gestión ambiental "es el primer paso para satisfacer las demandas de la sociedad y supone un elemento diferenciador".DemandaEl director general de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), Ramón Naz, destaca que en los últimos años se ha producido una notable demanda de certificaciones relacionadas con el medio ambiente. Y para explicar el buen estado de esta demanda, se refiere a dos factores relacionados entre sí. "La sociedad en general -y las empresas como parte de la misma- está cada vez más concienciada de que la única opción de futuro es el desarrollo sostenible". Efectivamente, no se trata únicamente de una cuestión de imagen, sino que también entran en juego elementos que favorecen el funcionamiento interno. Conseguir el certificado presupone que se han tomado medidas para mejorar el control de gastos, reducciendo los residuos y con la optimización del consumo de energía. Pero es que además se pueden reducir las primas de seguros a través de la disminución de incidencias; facilitar la obtención de permisos y autorizaciones; y mejorar la calificación para acceder a licitaciones y subvenciones públicas.Por eso, es fundamental que todos los agentes implicados (empresarios, clientes y administraciones) tomen conciencia de estas ventajas. Según el director general de IMQ IBÉRICA, Juan Maties García, las certificaciones medioambientales están evolucionando con unos ratios razonablemente positivos, superiores a las certificaciones de calidad. Pero advierte que "para que acaben llegando a todas las empresas que ya tienen un sistema de calidad, las certificaciones ambientales deberán tener mayor difusión entre los consumidores y un cierto reconocimiento legal por parte de las Administraciones, pues no es lo mismo la empresa que tiene un sistema de gestión medioambiental certificado con la ISO 14001, que aquella que no ha realizado ninguna actuación para mejorar su situación ambiental". GarantíasEl cumplimiento de la norma ISO 14001 y su correspondiente certificación asegura que la organización que lo posee pone los medios adecuados para prevenir y minimizar los impactos ambientales asociados a su actividad. Y además, que existe un proceso de mejora continua en ese sentido. Según Ramón Naz, se trata de identificar problemas y requisitos a cumplir, así como planificar actuaciones y mejoras; ejecutar las actuaciones, así como las acciones necesarias para la consecución de los objetivos establecidos; hacer seguimiento de las acciones establecidas para verificar su adecuación y, en caso contrario, establecer las medidas necesarias para su adecuación y revisar todos los logros para establecer nuevas acciones.Para verificar si efectivamente los sistemas de gestión implantados cumplen con los requisitos de las normas o documentos de referencia, el procedimiento de las auditorías se suele basar en visitas a las propias instalaciones, así como en el estudio de la documentación aportada por las empresas..