Contará desde el 30 de junio, fecha tope para que British llegue a un pacto por las pensiones, hasta el 30 de septiembremadrid. El 30 de septiembre será la fecha clave que decidirá el futuro de la fusión entre Iberia y British Airways. Hasta ese día, la dirección de la aerolínea española tiene tres meses de tiempo para dar el sí definitivo a la operación. Antes, el 30 de junio, es la fecha límite para que la dirección de la compañía británica llegue a un acuerdo sobre el fondo de pensiones de su plantilla. Así lo explica una presentación para analistas publicada ayer por British durante la publicación de los resultados del grupo. En esos tres meses de reflexión Iberia podría parar la fusión si considera que el acuerdo con los administradores de los fondos no es satisfactorio porque "implique un empeoramiento significativo de las premisas de la fusión proyectada", según recoge el preacuerdo inicial de fusión anunciado en noviembre de 2009. El pacto también incluye una cláusula por la que cualquiera de las partes deberá pagar 20 millones de euros de penalización a la otra si rompe el acuerdo de fusión por otros motivos que no sean el fondo. En el calendario definitivo anunciado ayer también se recoge que a finales de septiembre se tendrá que publicar el anuncio de convocatoria de juntas de accionistas de ambas compañías, que se celebrarán a comienzos de noviembre. Si todo evoluciona según lo previsto, la fusión debería cerrarse antes de que finalice diciembre. De esta manera, Iberia gana tiempo para dar un paso tan estratégico. Aunque en ningún momento se dio fecha límite, los mercados daban por hecho que la decisión sobre si se fusionaba o no tenía que ser tomada por la aerolínea presidida por Antonio Vázquez antes del verano, nada más conocerse el acuerdo entre British y los administradores del fondo de pensiones. Con estos tres meses de reflexión, Iberia podrá analizar, entre otras cuestiones, como han evolucionado los datos de la aerolínea británica durante los meses de verano, en los que el negocio aéreo siempre experimenta un mayor crecimiento de pasajeros e ingresos. Y es que los últimos resultados económicos presentados ayer por British Airways no ayudan a cimentar el proceso de fusión entre las dos socias europeas. La compañía dirigida por Willie Walsh anunció los peores resultados de su historia desde que es una compañía privada. Pérdidas históricas La aerolínea con sede en Heathrow registró unos números rojos en el último ejercicio fiscal, que finalizó el pasado 31 de marzo, de 489 millones de euros, lo que supone un incremento del 18,7 por ciento. Desde el año 1987, cuando fue privatizada, no había contabilizado unas pérdidas tan grandes. Pero no todo fueron malas noticias para el grupo. De cara a la fusión con Iberia logró reducir costes en 1.149 millones de euros, gracias en buena parte -688 millones- al recorte de gastos en el combustible gracias a la notable bajada del precio del barril de petróleo. Las ventas del grupo superaron los 9.186 millones de euros pero no pudieron evitar una caída del 11,1 por ciento. Las pérdidas del grupo le han obligado a no proponer el pago de dividendo para los accionistas a cargo del ejercicio. Las previsiones de British Airways para el futuro pasan por volver a lograr un beneficio bruto para el presente ejercicio y aumentar la facturación por encima del 6 por ciento. El problema es que hay factores que le han impedido empezar el año fiscal con buen pie, como han sido la nube volcánica y la inminente huelga de los tripulantes de cabina del próximo lunes.