Mientras Brasil y Chile crecen, Venezuela y Argentina son aún muy inestablesmilán. Un crecimiento menos sostenido, pero un marco económico más estable en Chile, Perú y Colombia. Un crecimiento más vivo, pero un marco socioeconómico todavía precario en Argentina y Venezuela. Éste es el aspecto de las dos velocidades que presentó Latinoamérica en 2006, "un año, en el que el crecimiento de la zona fue muy bueno, de cerca del 5,5 por ciento, sostenido por el comercio exterior, por un refuerzo de la demanda interna y por el precio de las materias primas", explica la responsable de investigación económica internacional de la oficina de estudios de Intesa Sanpaolo, Gianluca Salcecci.En algunos casos, como en el de Brasil, la buena coyuntura permitió poner orden en las cuentas públicas y pagar parte de la deuda contraída. En los países más virtuosos, como Chile y Colombia, se produjo "una mejoría de la balanza exterior, que permitió aumentar las reservas y reducir el peso de la deuda externa sobre el PIB. Hay, en esencia, una menor vulnerabilidad del área a las crisis financieras, gracias también al aumento de las reservas respecto al crecimiento de la deuda a corto plazo", dice Salcecci.En otros países, como Argentina y Venezuela, el marco genérico económico es, por el contrario, menos virtuoso, con tasas de inflación que permanecen en un nivel elevado (del 10 y del 20 por ciento, respectivamente), frente a la media de los demás países, que ha alcanzado estándares europeos de cerca del 5 por ciento.Sigue habiendo puntos débiles propios de los países suramericanos, como, un sistema financiero infradesarrollado y la consiguiente incapacidad de beneficiarse de los flujos de capitales internacionales. Pero fue este aspecto el que analizó el Foro Económico Mundial, poniendo a punto un índice capaz de medir este factor clave (el Índice de Atractivo para Inversiones Privadas en Infraestructuras, IPIAI), que analiza los aspectos de la realidad política y socioeconómica que pueden facilitar que los inversores privados se impliquen en la modernización de puertos, aeropuertos, carreteras y sistemas eléctricos.Además del ambiente macroeconómico y del marco legal, el índice tiene en cuenta los riesgos políticos, la facilidad en el acceso a la información e indicadores específicos como el grado de desarrollo del sistema financiero, que debe ser capaz de ofrecer planes de financiación de proyectos, y la evolución histórica de las inversiones en el sector en los últimos 15 años. Pero más delicada es la medición de los dos últimos factores que analiza: la relación entre el Gobierno y la sociedad civil (es decir, la actitud de los ciudadanos ante las obras públicas), y la capacidad negociadora de los políticos en relación con el mercado privado.'Ranking' de paísesChile figura a la cabeza de la clasificación gracias a un marco económico positivo y a un sistema rodado de colaboración entre el sector público y el privado, el llamado BOT (Build, Operate and Transfer, o Construye, Opera y Transfiere), que les asegura un buen entendimiento gracias a concesiones realizadas por un período de tiempo concreto. Le siguen a cierta distancia Brasil -penalizado por un marco legal poco eficaz y por decisiones económicas inadecuadas- y Colombia, sobre la que pesa, en cambio, la inestabilidad social: ocupa el primer puesto en el ranking de los países por riesgo de guerra civil o conflictos.