La Fiscalía italiana sigue la pista de 5 millones de euros de una cuenta de Tokiomilán. Se extiende como una mancha de aceite el escándalo de los fondos negros de Siemens, acaecidos en Austria entre 1994 y 1999. Los fiscales italianos, que investigan los sobornos pagados por el coloso industrial alemán a personas o instituciones italianas, siguen ahora la pista de una bonificación de 10 millones de marcos (5,1 millones de euros), enviada en el verano de 1997 a Goldman Sachs.El banco de negocios se encuentra en el centro de la investigación por haber sido nombrado, en 1994, asesor de la fusión Italtel-Siemens Telecomunicación Spa. Una fusión que dio vida a una nueva Italtel, propiedad de Siemens Ag y Stet con cuotas paritarias del 50 por ciento.La operación en la que está implicado Goldman Sachs se realiza entre el 9 y el 12 de julio de 1997. El dinero sale de la Raiffeisen Landesbank Tirol de Innsbruck, una de las seis instituciones austriacas a la que la división de trasmisiones y telecomunicaciones de Siemens de Múnich había enviado, durante años, fondos sin contabilizar por valor de más de 450 millones de euros.Procedentes de la Raiffeisen de Innsbruck, los 10 millones de marcos aparecen, el 9 de julio, primero en una cuenta de Goldman Sachs International en el Citibank de Frankfurt y, después, en otra del mismo Citibank de Fráncfort a disposición de Goldman Sachs International Financiera. En este momento, los 10 millones de marcos se transforman en 643.000 yenes mediante un negocio de divisas con la filial londinense de la Raiffeisen Zentral Bank. El importe obtenido es bonificado el 12 de julio por Goldman Sachs International Financiera en una cuenta del Sanwan Bank de Tokio, propiedad de la misma Raiffeisen Zental Bank de Londres.Entre Japón e ItaliaEn pocas palabras, los marcos salen de una cuenta de Innsbruck de Siemens y, transitando por Goldman Sachs, terminan en Tokio en una cuenta del mismo banco que procedió a convertirlos en yenes. Quién los haya retirado y a qué título, no se sabe, por ahora.La operación, en el fondo, tiene todas las características de un reciclaje. En ese caso, Goldman Sachs podría haberse prestado a hacer de correo para Siemens. Es decir, podría haber actuado de pantalla para permitir a los alemanes constituir una provisión ilegal en yenes en la otra punta del mundo.¿Para ofrecérsela a quién y a cambio de qué? Los fiscales reconstruyeron de una forma puntual el anómalo movimiento del dinero entre Austria y Japón.La retirada del dinero pudo haberla hecho cualquiera: una persona perteneciente al círculo de Siemens en Italia o cualquier intermediario dedicado a lubricar el negocio en el Extremo Oriente, lo cual acentuaría la dimensión internacional del escándalo. Sin embargo, el caso podría tener también alguna relación con Italia. Los investigadores habrían encontrado, durante sus pesquisas en Munich, documentos fechados en el mes de julio de 1997, en los que parece que se hace referencia a la necesidad de modificar un contrato en el que estaba involucrada Italtel.Por esas mismas fechas, había vuelto a la actualidad, en Italia, un plan de Goldman Sachs para la formación de un polo industrial que habría tenido que surgir de la fusión entre Italtel y Sirti (después relevada por Pirelli). En ese mismo verano de 1997 estaba tomando cuerpo la privatización de Telecom, así como la alianza de ésta con la estadounidense At&T, un acuerdo que preocupaba a Siemens por las repercusiones negativas que habría podido tener en Italtel.El grupo de Múnich mostraba, además, interés en esa época por la privatización de Finmeccanica. Es decir, muchas eran las cosas que bullían en Italia aquel julio de 1997. Cosas que podrían estar relacionadas con el papel jugado por Goldman Sachs en este asunto.