madrid. British Airways (BA) informará esta semana de unas pérdidas de 704 millones de euros en el último año fiscal, según informó ayer The Sunday Times. Estos números rojos son los mayores registrados por la aerolínea británica desde que fue privatizada en 1987 y serán anunciadas por el consejero delegado de BA, Willie Walsh, el próximo viernes, en una semana que se presenta crucial para la compañía. Por lo pronto, hoy comienzan los paros convocados por Unite, el sindicato del personal de cabina, que alterarán el programa de vuelos de BA durante 20 jornadas, entre el 18 de mayo y el 9 de junio. La aerolínea afronta además nuevas cancelaciones y retrasos con la llegada de una nueva nube de ceniza volcánica procedente del volcán islandés Eyjafjöll, que entre hoy y mañana llevará al cierre de distintas partes del espacio aéreo británico. Unite también pidió que se revirtiera la suspensión y el despido de 50 trabajadores que siguieron la huelga. Pendientes de la fusión Según informa Times, citando fuentes de la compañía, en las actuales circunstancias Walsh y su equipo se están centrando en la tarea de impulsar la fusión con la española Iberia y de cerrar la alianza comercial con la estadounidense American Airlines (AA). Esas fuentes aseguran que BA y AA están muy cerca de recibir la aprobación de las autoridades reguladoras del mercado para fusionar sus operaciones transatlánticas, lo que les permitirá operar como una sola aerolínea entre ambos lados del Atlántico. La semana también es decisiva para BA porque la dirección y el sindicato se presentarán hoy ante el servicio de conciliación laboral Acas para buscar una solución y mantendrán reuniones por separado con el ministro de Transporte, Philip Hammond. Además, los servicios legales acudirán a un tribunal de Londres para solicitar que se considere ilegal la convocatoria de huelga con el argumento de que Unite vulneró la ley al no informar a los trabajadores del resultado exacto de la votación en la que se decidió apoyar los paros de las próximas semanas.