La Generalitat catalana insta a que las partes firmen lo pactado hace un añomadrid. La tensión eléctrica está en su punto álgido. En esta ocasión por un enfrentamiento de Endesa, principalmente, Gas Natural Fenosa y HC Energía contra el gestor técnico del sistema y transportista único (Red Eléctrica). El desencadenante del desencuentro está en la Ley de 2007 que fija que las redes de alta tensión o transporte (a partir de 220 kilovoltios -kv-) deben pasar a manos del grupo que preside Luis Atienza antes del próximo mes de julio. Pero en la norma hay un resquicio que recoge que este tipo de redes que circulan por las ciudades no tienen por qué cambiar de propiedad. Según fuentes del sector, Gas Natural Fenosa pretende quedarse con las redes de transporte que transitan por Madrid, de la que actualmente es titular Unión Fenosa. Por su parte, Endesa aspira a quedarse con las redes de Barcelona y es aquí donde ahora mismo hay una gran polémica. Precisamente, el anillo de redes de 220 kv de Cataluña está en manos al 50 por ciento entre REE y Endesa. Ambas compañías llegaron a un acuerdo verbal el 8 de mayo del pasado año en una reunión que mantuvieron con la Dirección General de Energía de la Generalitat de Cataluña, que se basaba en que Endesa mantuviera su participación en estas redes. Sin embargo, la Generalitat ha instado a ambas empresas en una carta, a la que ha tenido acceso elEconomista, a que ese pacto verbal se plasmara en un documento firmado por ambas compañías, ya que una vez transcurrido un plazo considerable de tiempo esta Administración "no ha recibido ningún documento acreditativo de dicho acuerdo". Así, una vez transcurrido un año, la Generalitat no ha recibido ninguna respuesta por estas compañías, en tanto que ahora mismo sus posiciones están enconadas. Red Eléctrica asegura que mantiene la misma postura de que 220 kv es red de transporte y la toma de control de estos activos busca la creación de un transportista único, tal como ordena la directiva europea. Por su parte, desde Endesa no quisieron hacer ningún comentario al respecto, aunque confirmaron que continúan las negociaciones para intentar quedarse con estas redes que tienen una atractiva retribución, ya que son las autopistas eléctricas, donde los consumidores pagan unos peajes para que llegue la luz a sus hogares. En medio de este tira y afloja entre ambos grupos, la propia Dirección General de Energía y Minas de la Generalitat ha emitido un informe público donde considera que las redes de alta tensión que transitan por las ciudades deben estar en manos de la distribuida y no de REE. Por su parte, la Comisión Nacional de la Energía (CNE) ha sido muy clara desde años atrás sobre quién debe tener la titularidad de estos activos y coincide con la Generalitat de Cataluña. Así lo dejó claro el organismo que preside Maite Costal, con motivo de la petición de Endesa para comprar a REE la subestación de Maragall, una de las dos directamente implicadas en el apagón eléctrico que en julio de 2007 dejó a 320.000 usuarios sin suministro en Barcelona. En este informe, la CNE apuntó que la necesidad de distribuir gran cantidad de energía a las grandes ciudades ha obligado a las empresas a utilizar tensiones cada vez más elevadas. Por ello, el regulador recordó que la primera de sus recomendaciones para evitar apagones como el de Barcelona fue precisamente identificar instalaciones de 220 kv que, por realizar función de distribución, deben ser propiedad de las eléctricas y no de REE. Asimismo, fuentes de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) explicaron a este diario que precisamente la pasada semana el consejo de administración del organismo estudió la solicitud de Endesa de quedarse con algunos de estos activos de transporte que están ubicados en Cataluña. Precisamente, este organismo acordó, en un informe no vinculante para el Ministerio de Industria, que un total de cinco subestaciones y tres tendidos de cables de 220 Kv se mantuvieran en manos de Endesa y no pasaran a formar parte de REE.