madrid. Aparentemente, el despacho de Gonzalo Urquijo no llama la atención, pero está cargado de historia. La mesa donde trabaja el máximo responsable de ArcelorMittal en España ha pertenecido a célebres personajes de la siderurgia española como José Ramón Álvarez Rendueles y ha vivido acontecimientos como la creación de Aceralia, la fusión de la compañía española con Arbed y Usinor para fundar Arcelor y, más recientemente, la opa lanzada por el multimillonario indio Lakshmi Mittal, que convirtió al grupo en ArcelorMittal. En una entrevista con elEconomista, el único miembro español de la dirección general de ArcelorMittal da las claves del grupo. P En su carta del informe anual, Mittal asegura que lo peor ya ha pasado ¿hay que ser optimistas? R Hay que ser optimistas siempre, pero también prudentes. Lo peor de la crisis ha pasado, pero hay que diferenciar. Las economías emergentes y en desarrollo están en mejor situación. En zonas como China o el sudeste asiático la recesión fue profunda, pero menos que en el mundo desarrollado, y han salido de ella antes y con parámetros de crecimiento mayores. En EEUU y en Europa, ha sido más marcada y más larga. De los sesenta países en los que estamos, España es de los que más les cuesta salir de la crisis. Y Brasil, de los que menos. P ¿Cómo ve entonces la desaparición del Plan E?, ¿ha afectado a sus ventas? R En el sector del automóvil, dentro del mundo occidental, el resultado ha sido satisfactorio. Se dejó de producir tanto en el acero como en la industria del automóvil y se generaron muchos stocks. La demanda adicional originada por estos planes ha tirado del automóvil. ¿Cuánto va a durar? Hay quien dice que este plan lo que ha hecho es adelantar la compra de coches. P ¿Y la construcción? R Si el automóvil es el 15 ó el 20 por ciento de nuestras ventas, la construcción llega al 40 por ciento. No ha habido un plan de estímulo como con los coches. El ritmo ha sido mucho más lento y le está costando despegar. Hay mejor demanda que en 2009, pero no como en 2008. La capacidad productiva en el primer trimestre alcanzó el 72 por ciento y en el segundo llegará al 80 por ciento. Pero es que el año pasado teníamos las fábricas al 50 por ciento de la capacidad. Y en algunos sitios como España, por debajo. P Si la construcción no tira y el automóvil sube poco a poco ¿se basa el futuro de las plantas españolas en la exportación? R Ante la situación del mercado español estamos exportando de manera temporal en algunas plantas entre el 50 y 60 por ciento de la producción. Esto demuestra que nuestras fábricas son competitivas porque podemos exportar asumiendo el sobrecoste del transporte. P La reforma de la Ley de Puertos afecta al sector del automóvil ¿y al siderúrgico? R Queremos compararnos con el resto de Europa. Una tarifa portuaria no puede costar más que en Francia, ya que dejaríamos de ser competitivos. Lo mismo ocurre con otros aspectos, como la tarifa eléctrica o las emisiones. P ¿No les da miedo que el plan de ajuste retrase la obra pública? R El plan de ajuste sí va a tener una incidencia en la construcción y en las infraestructuras. La clave es la reducción del déficit. Es una solución positiva y la apoyamos. Es cierto que se podría haber ido más lejos y se podría haber hecho antes. P ¿Invertirán los 300 millones a los que se comprometieron, según los sindicatos? R No se de dónde salen estos 300 millones. Tenemos un plan de inversiones que se desarrolla adecuadamente. Para este año, más de 100 millones de euros. En 2009, estábamos en 90 millones. Y entre 2006 y 2008 hemos invertido en España más de 600 millones. P ¿Qué ha pasado en Asturias con la planta de alambrón? R Tuvimos problemas sociales en la factoría y hubo una huelga y, lamentablemente, no pudimos producir. Para poder dar un servicio a los clientes, que son de los que vivimos, tuvimos que desviar los pedidos a Alemania y vendimos desde allí. Es una solución que no me gusta porque si se cambia el lugar de producción, el cliente se puede acostumbrar. P ¿Ha demostrado la empresa que si se le echa un pulso en España puede cerrar una planta o comenzar con los despidos? R En los pulsos, igual que en las guerras -dijo un amigo mío siderúrgico extremeño-, no hay más que muertos y heridos. Tenía toda la razón. Lo que hay que hacer es evitarlo. Pero, sin duda alguna si se nos cierra una planta a un grupo como el nuestro, tiene factorías suficientes para poder producir en otros sitios, como se ha demostrado. P ¿Qué le diría a los que critican que ArcelorMittal haya repartido dividendo en un año de crisis? R A los trabajadores se nos congeló el sueldo, pero se nos dio. Los accionistas tuvieron un gran sacrificio porque el dividendo se redujo a la mitad con la crisis. Tenemos que seguir pagando dividendo, porque los accionistas son los que nos prestan el dinero para poder tener fábricas y para pagar nóminas. P ¿Qué sacó en claro Lakshmi Mittal de su visita a Asturias? R No sólo estuvo en Asturias. Viajó también a Olaberria y a la ACB de Sestao. Tuvo una impresión muy positiva de la fábrica de Asturias, que ya la conocía. No conocía Olaberria y le encantó y le pareció que es un referente. Luego estuvo en la ACB, que sólo tenemos otra fábrica similar en EEUU a medias con el grupo Gerdau, y le impresionó. Incluso demandó que fuera más eficiente y que produjera más bobina caliente. Lo estamos analizando. P ¿Es significativo que ya no haya ningún español en el consejo de ArcelorMittal? R La decisión de los consejeros no se toma por el pasaporte, sino por la valía de las personas. Tenemos un consejo con mayoría de independientes y en el caso de la marcha de José Ramón Álvarez Rendueles ha realizado una gran labor durante los 13 años que ha estado. De hecho, queremos seguir contando con él en el consejo de ArcelorMittal España.