Las operadoras siguen cobrando una tasa creada tras la lucha por el control de Cubanueva york. La guerra desatada entre Estados Unidos y España por Filipinas y Cuba todavía está presente a través de los impuestos que cobran operadoras telefónicas estadounidenses como AT&T, BellSouth y Sprint, sobre las llamadas de larga distancia. Una ley creada en 1898 para financiar las operaciones contra España y revisada posteriormente en 1965, permitía al Gobierno imponer una tasa sobre las llamadas, en base a su distancia y duración. Hasta la fecha, dichas operadoras cobraban un 3 por ciento más que el coste real de la llamada, en concepto de impuesto. Y con ese porcentaje de más, según estiman los expertos, el Gobierno podría ingresar cerca de 67.000 millones de dólares en 10 años. Por suerte, ya no será así. Las demandas judiciales presentadas por grandes consumidores corporativos como OfficeMax o Hewlett Packard, han causado efecto. Anteayer, el Departamento del Tesoro de EE.UU hizo pública su decisión de anular una ley "desfasada sobre un impuesto anticuado que ha sobrevivido un siglo después de su propósito original. A partir de ahora, pasara a formar parte de la historia" explicaba John Snow, secretario del Tesoro.