Los nuevos clientes de Oriente Medio, China y Rusia alimentan los precios de las obras artísticasmilán. Precios nunca vistos antes en las subastas, en aras de una creciente demanda de arte, están batiendo todos los récord ya en los primeros meses del año. "Se trata de un mercado en expansión en todo el mundo, sobre todo en el caso de las obras de alta calidad", confirma Robin Woodhead, consejero delegado de Sotheby's International. Y añade: "El mercado se va ampliando y se va abriendo a una nueva franja de compradores. En febrero, en las subastas de arte contemporáneo de Londres, el 19 por ciento de los compradores eran nuevos. Y de ellos, el 26 por ciento, rusos. Es lógico, pues, que Sotheby's esté creciendo en Rusia, en China y en Oriente Medio"."El 2006 fue un año fenomenal en términos de ventas y de obras subastadas", cuenta Edward Dolman, al timón de Christie's International. El consejero delegado de la empresa de François Pinault añade: "Anticipamos el cambio estructural que se ha producido ya en el universo del arte, ocasionado por el cambio en los gustos y por la llegada de nuevos clientes. Hoy pretendemos confirmar nuestra posición de líderes mundiales en el mercado a través de eficaces e innovadoras subastas, que atraigan compradores de todo el mundo. Por eso, seguiremos destinando inversiones a los nuevos mercados emergentes: desde Dubai a Rusia y China. Y, al mismo tiempo, seguiremos desarrollando la actividad de ventas privadas, con el fin de ser los primeros expertos en ese sector".De hecho, muchas de las grandes ventas de arte ya no pasan por las subastas, sino que son vendidas a los coleccionistas en presubastas. Y la gestión directa de Pinault, uno de los mayores coleccionistas del mundo, está dando un gran impulso a Christie's.Más aún, la táctica de proporcionar soporte legal y asesoría a los herederos que reclaman la restitución de obras de arte familiares, requisadas por los nazis en tiempos de la guerra entre las mayores colecciones públicas europeas, está dando también frutos.Destaca por la búsqueda de artistas emergentes, sobre todo en fotógrafos, la empresa de subastas Phillips de Pury & Company, de la que en 2002 salió la LVMH de Bernard Arnault.La frenética caza al arte contemporáneo induce a importantes museos a vender colecciones de otros tiempos. Por ejemplo, el Albright Knox Art Gallery de Búfalo sacará a subasta en Sotheby's 20 obras de arte antiguo para recoger fondos (15 millones de dólares) y poder así comprar arte moderno y contemporáneo en un momento de alta cotización en las subastas.Subastas en Arabia SaudíEl mercado y los expositores se acercan y la carrera del arte ha iniciado una auténtica competición en Arabia Saudí, por ejemplo, donde ya desembarcaron las grandes firmas de subastas.El acuerdo, firmado en marzo, entre las autoridades locales y el ministerio de Cultura francés sobre la concesión por 30 años de la marca Louvre Abu Dhabi por 400 millones de euros habla a las claras de la atención que se está prestando a este sector. Y las autoridades de Abu Dhabi están manteniendo negociaciones reservadas con los museos del Kremlin y Hermitage para hacer exposiciones de sus fondos en los Emiratos Árabes Unidos.Los proyectos abundan. Frank Gehry está pensando ya la mayor sede del Guggenheim; Zaha Hadid, la del Performance Arts Centrem y Jean Nouvel, la nueva sede del Louvre.El sistema del mundo del arte está cambiando. Los museos contemporáneos, para sobrevivir y seguir atrayendo visitantes, tienen que "estar en el mercado", es decir, comprar y poner al día sus colecciones a una velocidad nunca antes vista. Así, el Guggenheim, tras desembarcar en Abu Dhabi, puso en marcha un plan de colaboración con el High Museum of Art Atlanta. Y China es la próxima etapa del Beaubourg, que abrirá en Shangai para exponer arte occidental y empezar una colección de arte contemporáneo chino. Después le tocará el turno a la India.Mientras tanto, se multiplican las ferias y mercados alternativos a los grandes eventos históricos. De Basilea a Miami surgen como setas las antiferias con precios mucho más bajos.La globalización, además de superar las fronteras geográficas, cabalga también sobre las fronteras de los mercados. Por ejemplo, Christie's compró en marzo la galería londinense Haunch of Venison. Los nuevos propietarios aseguran que las obras seguirán siendo destinadas sólo al mercado primario, pero la cesión de la famosa galería de arte contemporáneo fundada por Harry Balin y Graham Southern (con una facturación, en 2006, de 98 millones de dólares) hizo taparse la nariz a muchos intermediarios.Una incursión tan directa de la casa de subastas en el mercado primario, donde se cultiva a fondo la relación entre el artista y su explorador de talento, nunca se había visto antes. Y es que el desequilibrio entre la demanda, que goza de un exceso de liquidez, y el stock de obras de arte en venta en el mercado secundario impulsa a las casas de subasta a buscar aprovisionamientos directos.Pero la competencia es tal que muchos intermediarios subastan sus propias colecciones, como le sucedió en febrero al galerista ginebrino Pierre Huber (Art & Public) con Christie's.De esta forma, la demanda de arte mundial hace que sólo las galerías con una amplia red y una potente marca (Gagosian), con sucursales en muchos centros vitales puedan hacer frente a inversiones cada vez mayores.