Scire te prius sit an invocare te. sed quis te invocat nesciens te enim pro alio potest inmadrid. El Santander ha modificado parte de la política retributiva de su alta dirección. El pasado mes de febrero la Comisión Ejecutiva de la entidad determinó qué directivos tendrían que destinar parte de su sueldo a la compra de acciones del banco. Los seleccionados han sido 32 personas, entre las que destacan los seis consejeros ejecutivos. Según explica el grupo, estos deben dedicar obligatoriamente un 10 por ciento de su retribución variable anual bruta a comprar títulos en el mercado. La adquisición ha sido realizada por la cúpula en función de los parámetros establecidos. Así, el consejero delegado de la entidad ha invertido casi medio millón de euros en títulos del Santander. Alfredo Sáenz se hizo con un paquete de 49.000 acciones a un precio de 9,68 euros cada una a finales de febrero. El resto de consejeros ejecutivos llevaron a cabo la misma operación. Tomaron 'papelitos' al mismo precio unitario, pero el desembolso total difiere considerablemente por el volumen de acciones que tenían que comprar cada uno. El presidente de la entidad, Emilio Botín se gastó 198.585 euros en poco más de 20.500 acciones. Francisco Luzón, por su parte, destinó 275.241 euros; Matías Rodríguez Inciarte desembolsó 250.218 euros; Juan Rodríguez Inciarte, casi 150.000; y Ana Patricia Botín, poco más de 178.500 euros. Estos cambios en la política retributiva ya fueron aprobados por la junta general del ejercicio pasado, pero forma parte de la líneas maestras de la remuneración de la alta dirección que tendrán que someterase a votación de la reunión de accionistas del presente año, que ha sido convocada para el próximo 11 de junio. En el caso de Ana Patricia Botín, la compra de acciones fue autorizada por la junta de Banesto -del cual es presidente- del pasado 24 de febrero. A cambio de la inversión obligatoria, los 32 directivos seleccionados tendrán derecho a recibir del banco o de otra sociedad del grupo acciones en el mismo número de la obligatoriedad tres años después, aunque con condiciones. Percibirán esta bonificación siempre y cuando mantegan en la cartera el número de títulos de la inversión obligatoria y que se mantenga en la nómina de la entidad. Esta es una de las patas de la política retributiva del Santander, que por primera vez en nuestro país va a ser sometida a consulta de los accionista de manera individual. Otros cambios establecen que una parte del bono (salario variable) de 2010, que resultará de aplicar una escala progresiva aprobada por el consejo, se diferirá en acciones por tres años. Su entrega queda además sujeta a que, a juicio del consejo, previa propuesta de la comisión de nombramientos y retribuciones, se cumplan determinadas condiciones. La retribución variable diferida comprenderá asimismo las acciones que la junta ordinaria de 2010 asigne a cada consejero ejecutivo en aplicación del plan de acciones vinculado a objetivos de rentabilidad del grupo para sus accionistas, y su entrega se diferirá también por tres años.