Gigantes asiáticos como Lenovo o HTC se habían interesado también por el fabricante de móviles norteamericanonueva york. Después de haberse puesto en duda incluso la rentabilidad del fabricante de móviles Palm, vapuleado por la frescura de competidores como Apple o Nokia, finalmente su compatriota Hewlett Packard (HP) saldrá a su rescate. Al menos eso dijo ayer la compañía informática a través de un comunicado, con el que informaba a sus inversores sobre la compra, que estará valorada en 1.200 millones de dólares (unos 900 millones de euros). Tanto el consejo de administración de HP como el de Palm dieron el visto bueno a esta operación, por la que la compañía de Palo Alto pagará alrededor de 5,70 dólares por título de Palm, fabricante de teléfonos móviles y el sistema operativo telefonía móvil Palm WebOS Mobile. Hewlett justificaba esta compra como un hecho estratégico que permitirá al fabricante de ordenadores adentrarse en un mercado que crece a zancadas: el de la telefonía móvil y demás gadgets relacionados. Todd Bradley, vicepresidente del grupo de negocio de sistemas personales de HP, dejó claro en un comunicado que Palm ofrece "la plataforma ideal para que HP pueda desarrollar su estrategia móvil y crear una experiencia única en estos menesteres". Sin embargo, la reacción de los inversores, con el mercado ya cerrado, dejó mucho que desear, ya que las acciones de HP se desplomaron tras darse a conocer la noticia. Ante la competencia El anuncio de este acuerdo se produjo después de las especulaciones en el parqué sobre el futuro de Palm, que en su día llegó a dominar el sector de los smartphones, pero que actualmente se ha visto completamente obnubilado por el iPhone de Apple o la Blackberry de Research in Motion (RIM). El actual consejero delegado de Palm, Jon Rubinstein, tiene previsto permanecer en la compañía, según especificó el documento mientras que la compra se culminaría durante el tercer trimestre fiscal de HP, es decir, antes del próximo 31 de julio. Por supuesto, la compra de HP pilló por sorpresa al mercado, ya que muchos analistas estaban convencidos que firmas asiáticas como Lenovo o HTC Corp eran las máximas pujantes por hacerse con el fabricante de teléfonos estadounidense. Palm había contratado a Goldman Sachs para que explorara varias alternativas, que incluían desde la venta a la búsqueda de capital adicional para inversión o un intento de alcanzar un acuerdo para licenciar su sistema operativo.