El índice se tomó ayer un respiro al subir un 0,9%, aunque en el conjunto de la semana ha cedido un 3% Lo mejor de algunas semanas... es que acaben. Y por fortuna, los mercados financieros bajaron la persiana ayer. A su espalda, dejaron cinco sesiones de emociones más que fuertes y que contaron con un protagonista principal, Grecia, y otros secundarios, como la acusación de fraude contra Goldman Sachs y los proyectos de reforma financiera que se están diseñando a ambos lados del Atlántico. Semejante panorama ha dejado una evidente huella en el Ibex 35, el índice de referencia de los mercados españoles. En el conjunto de las cinco últimas jornadas ha caído un 3,03 por ciento, hasta los 10.918,2 puntos, y eso que el S.O.S. entonado ayer por Grecia propició un alza del 0,89 por ciento. El retroceso semanal ha situado al indicador en una situación muy delicada: la de defender los 10.700 puntos. Si los pierde, Joan Cabrero, analista técnico de Bolságora y elEconomista, advierte de que el Ibex podría bajar hasta los mínimos del año, marcados a comienzos de febrero en los 10.103 puntos. Natalia Aguirre, directora de análisis, confirma que, "una vez perdidos los 11.000 puntos, lo que generaba más nervios durante la semana era que si se rompía el siguiente nivel técnico de los 10.700 podría caer a los 10.000 puntos". Doble ración para la banca Sobre la marcha del índice español ha pesado la debilidad que ha acompañado a la banca, afectada tanto por los problemas griegos como por la incertidumbre en torno a la nueva regulación financiera que se avecina. Entre los españoles, el más perjudicado ha sido Bankinter, con un descenso del 8,2 por ciento, mientras que Santander ha caído un 5,05 por ciento y BBVA, 3,9 por ciento.