moscú. La compañía petrolera rusa Rosneft acaba de convertirse en la más grande del país, tras hacerse con un importante lote de activos de la quebrada empresa privada Yukos, que se había declarado en bancarrota el pasado 1 de agosto. Se trata de los activos que tenía Yukos en Siberia oriental, por los que ha pagado 5.012 millones de euros (174.700 millones de rublos). La parte más importante del paquete comprado incluye a la petrolera Tomskneft, que trae a su nuevo propietario más de 20 licencias y una extracción de 11,6 millones de crudo y 1.600 millones de metros cúbicos de gas anuales, además de refinerías y gasolineras.Rosneft se pone por encima así de otras compañías como Lukoil, TNK-BP y Surgutneftegaz, al alcanzar una extracción de 104 millones de toneladas de crudo.