"Estas entidades son compatibles con el sistema financiero comunitario", aseguró zaragoza. Pocas veces se ha visto a tantas fuerzas sociales subidas en el mismo barco. No sólo porque el Gobierno, la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), UGT y algunos directivos de cajas de ahorros participaron ayer en las mismas jornadas sobre el sector, sino por la conjunción de criterios a la hora de defender a las cajas de ahorros. Sólo faltaba la banca para completar esta fotografía. El ministro de Economía, Pedro Solbes, que clausuró este encuentro financiero, organizado por UGT, en colaboración con Ibercaja, lo pudo decir más alto pero no más claro: "Las cajas son compatibles con el sistema financiero comunitario (…) no lo distorsionan y permiten elevar la eficiencia y consolidación del mercado único". De hecho, Solbes se confeso "de los que cree que sí hay que potenciarlas, aunque hay otros que no lo consideran una evidencia". Tras reconocer que las cajas tienen un modelo jurídico atípico, "este estatus no es un inconveniente". Y aclaró que la diversidad de formas legales es un rasgo amparado por la legislación europea. También se refirió a la necesidad de que sigan bajo la supervisión prudencial del Banco de España, frente a los amagos que han existido en algunas comunidades autónomas de quedarse con estas competencias. Por su parte, el presidente de la CECA, Juan Ramón Quintás, cuyo discurso fue calificado por el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, de radicalmente socialista, mostró los riesgos de futuro para las cajas. El que más le preocupa: el afán posesivo de la Administración Pública. "Sería absurdo e inaceptable mantener cada uno su autonomía, cuando hay tanta sintonía de objetivos", apuntó. También alertó de los posibles frentes peligrosos que se pueden abrir. "Vinieron las olas y se fueron y tenemos motivos para pensar que vendrán otras olas que también se irán".