Las conversaciones con L-3 Communications y Raytheon se están complicandomadrid. El plan de vuelo de EADS en Estados Unidos se está modificando a toda velocidad. Tras los intentos en las últimas semanas de buscar un nuevo socio para participar en el megacontrato de los aviones cisterna del Pentágono, el gigante europeo se plantea ahora presentarse solo al concurso. Según fuentes conocedoras de las negociaciones, las conversaciones con L-3 Communications, un especialista norteamericano en aviónica, y Raytheon, el fabricante de los célebres misiles Tomahawk, se están complicando. Aún así, EADS no quiere dar su brazo a torcer en el mercado norteamericano y plantea volver a presentarse a la licitación para fabricar 179 aviones de reabastecimiento en vuelo (denominados también cisternas o tanqueros), cuyo importe estaría valorado en 35.000 millones de dólares (25.000 millones de euros). La compañía dirigida por Louis Gallois abandonó este concurso tras la retirada de Northrop Grumman, el contratista principal de su oferta, quien consideraba que las condiciones que había puesto el Pentágono favorecían claramente al rival: el grupo Boeing. Pese a que en un principio EADS dijo adiós definitivamente al programa, posteriormente pidió un aplazamiento a la administración norteamericana, demora que le fue concedida. El riesgo que asume EADS presentándose solo al contrato es muy grande, ya que es casi imposible ganar una licitación en Estados Unidos sin ir de la mano de un potente socio local de Defensa. No obs- tante, el grupo cuenta con una filial allí: EADS North América. Esta empresa subsidiaria es propiedad al cien por cien de Airbus Military, compañía del gigante europeo que agrupa los activos de Construcciones Aeronáuticas. Aunque tiene que reportar a Airbus, Airbus Military tiene su sede en España y está presidida por Domingo Ureña. Además del negocio de los cisterna, es especialista en la fabricación de aviones de transporte militar, cuyo producto estrella es el A400M, que se ensambla en la planta sevillana de San Pablo. Si EADS acaba consiguiendo el concurso de los aviones de reabastecimiento en vuelo, la industria española se vería beneficiada con una carga de trabajo que podría superar unos 3.700 millones de euros durante la próxima década.