Feijóo se muestra optimista y espera que la fusión se cierre en un plazo razonablemadrid. Donde hay negociación hay esperanza, y tras dos encuentros entre las dos cajas gallegas el hecho de que aún no se hayan levantado de la mesa ya es todo un avance. Aunque el hermetismo es total, tanto en Caixanova como en Caixa Galicia, parece claro que hay puntos de consenso y uno de los que ya estaría prácticamente cerrado sería el de fijar la sede institucional de la gran caja en Santiago de Compostela. Según aseguran fuentes conocedoras de la marcha de las negociaciones, dentro del acuerdo también se contemplaría el mantenimiento de los servicios centrales financieros en Vigo y La Coruña. Posteriormente, se repartirían equitativamente otras sedes, como las que acogerían la Obra Social y la Corporación Industrial de la gran caja gallega surgida de la fusión. Al margen del calado que tenga este acuerdo, el punto que más se destaca es el acercamiento de posturas entre las dos cajas gallegas. Frente a las distantes posiciones de partida, en las que se llegó a plantear que el equilibrio de fuerzas entre la caja viguesa y la coruñesa se situaría en torno al 70 po ciento y el 30 por ciento, los porcentajes serían ahora más equidistantes, según aseguran esas mismas fuentes. Sin embargo, el reparto de poderes se mantiene como el principal punto de desencuentro para alcanzar un acuerdo para el que, según apuntan desde Caixanova, "existe una fecha límite y esa es el 30 de junio", aclaran. En la misma línea, desde Caixa Galicia son conscientes de que ésta es la última oportunidad para alcanzar un acuerdo de integración que apadrina la Xunta de Galicia y buena parte del arco parlamentario gallego, a la vez que recuerdan que existe un compromiso con el gobierno regional de negociar en exclusiva un acuerdo entre las dos cajas autonómicas. En este sentido, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, aseguró ayer que la negociación que están manteniendo Caixanova y Caixa Galicia para evaluar una posible fusión "abre las puertas al optimismo". No obstante, quiso mantener la "cautela", dado que se trata de "negociaciones en las que no participo". No precisó, sin embargo, en qué plazo aspira a que exista una conclusión en torno a las cajas. "Espero y deseo que esta cuestión se pueda concretar en un plazo razonable", admitió. El dirigente regional incidió en la importancia de "impulsar" una negociación como esta, que con "dos posturas de inicio" tiene que "converger en una postura final" para obtener como resultado "una gran caja" gallega.. "Merece la pena apostar por eso", aseveró , según informa Servimedia. La venta de 'R' En relación con la venta de R, el dirigente autonómico manifestó que "es evidente que no es una buena noticia para Galicia". La lucha, al respecto, y según Feijóo, consiste en "conseguir que la plantilla de R, la sede y la dirección permanezan en Galicia". En opinión del dirigente autonómico, el caso de esta empresa "demuestra que la fusión de las cajas no es un capricho". Así, argumentó la "importancia de ter una gran caja" para que ésta aporte "respaldo financiero" a proyectos gallegos (Caixanova tiene por el momento el 65 por ciento). También indicó, basándose en el caso de R, que "la división Norte-Sur es interesada y absurda", en alusión a la participación de la caja del sur en esta empresa, pese a que está situada en La Coruña. Mientras tanto, las dos cajas gallegas siguen sin descuidar su negocio y, en este sentido, el equipo directivo de Caixanova se celebró ayer su habitual reunión trimestral en la que "constataron la buena marcha de los indicadores clave del negocio y la actividad de Caixanova, y analizaron las estrategias de la entidad para los próximos meses", según informaron a través de un comunicado. Al cierre del primer trimestre, la entidad redujo la morosidad hasta el 4,78 por ciento, 11 décimas por debajo de la trimestre anterior, mientras que el índice de cobertura se situó en el 77,2 por ciento.