Nin calcula que las entidades españolas deben tener 48.000 millones extra para cumplir con las exigencias de solvenciamadrid. Si alguien piensa que la banca española ha dejado de pensar en la liquidez como un problema se equivoca de parte a parte. Los requerimientos que impondrá la nueva regulación internacional en esta materia y en solvencia obligan a las entidades a echar números y a dibujar estrategias para cumplir con lo que apuntan los primeros borradores de Basilea III. Juan María Nin, director general de La Caixa piensa que las entidades financieras necesitarán unos 300.000 millones de euros extra de liquidez y otros 48.000 millones para alcanzar los nuevos ratios de capital, un desafío, difícil para algunas entidades, que conllevará en su opinión, y siempre que no haya modificaciones significativas, una restricción del crédito a familias y pymes, mientras que los préstamos al sector público y las corporaciones ganarían atractivo para la banca. Los cambios regulatorios apuntan también a una penalización en recursos propios por las carteras industriales. Nin aseguró, no obstante, aseguró que si se aplicara la normativa tal y como está inicialmente planteada el modelo de La Caixa continuaría, sin bien con adaptaciones. Tanto Nin como Isidre Fainé habían indicado en la última presentación de resultados anuales que la penalización de la cartera industrial podría desembocar en ventas de sus participadas. La Caixa, a través de Criteria, tiene el 36 por ciento de Gas Natural, el 12 por ciento de Repsol, el 25 por ciento de Abertis, el 5 por ciento de Telefónica, el 30 por ciento de BPI o el 15 por ciento de The Bank of east de Asia, entre otras inversiones. También Rodrigo Rato, presidente de Caja Madrid, se mostró preocupado por los cambios en la normativa, que obligarán según sus cálculos a recapitalizar la banca eu- ropea en unos 200.000 millones y que piensa, al igual que Nin, que limitará el crédito. Nuevos problemas que acechan al sector y "que no vienen de una crisis sino de la regulación, donde habrá entidades perdedoras y vencedoras". Las cajas, con los mecanismos para captar capital con facilidad aun sin definir serán las que soportarán más presión por la regulación de Basilea III. No es extraño que el director general de la CECA, Juan Antonio Olavarrieta, exclamara ayer: "La que se avecina con el core capital (solvencia) va a ser tremendo".