La operadora de Alierta paga 2.314 millones de euros y da un nuevo paso en la alianza italo-españolamadrid. Dicho y hecho. El sábado a última hora de la noche, y con 2.314 millones de euros de por medio, Telefónica cerraba el acuerdo para adquirir el 10 por ciento de Telecom Italia por 2.314 millones de euros. La multinacional española ha creado un consorcio, Telco, junto a Mediobanca, Generali, Intesa-Sanpaolo y Benetton, que se convierte en el primer accionista de la operadora italiana con el 23,6 por ciento del capital. Entre todos ellos han comprado Olimpia, la titular de las acciones, a Pirelli y la familia Benetton por un precio provisional de casi 4.100 millones de euros.Y Romano Prodi, el jefe del Ejecutivo transalpino, respira tranquila. No sólo ha evitado que la joya de la corona caiga en manos de la norteamericana ATT, sino que además, y fruto de la nueva entente cordial italo-española, su gigante energético, Enel, se ha hecho con el control de Endesa. Prodi, en una entrevista ayer antes de conocerse el cierre de la compra, reiteró ya su neutralidad sobre el futuro de Telecom, pero indicó que "agrada que se haya renovado el compromiso también por parte de instituciones financieras italianas". AgradecimientosEl ministro italiano de Comunicaciones, Paolo Gentiloni, fue incluso más allá y no ocultó su agradecimiento público a los nuevos socios. "El Gobierno toma nota de la prueba de responsabilidad demostrada por el sistema financiero italiano", aseguró a través de un comunicado.A comienzos de este mes, se planteó la posibilidad de que Telecom Italia pudiera quedar en manos sólo extranjeras, a falta de una oferta nacional, cuando la mexicana América Móvil, controlada por el empresario Carlos Slim, y AT&T anunciaron que mantenían negociaciones con Pirelli.Adiós a la incertidumbreEl ministro consideró por ello que con el nuevo acuerdo "se cierra una fase delicada de incertidumbre" y esperó que se den la condiciones "para afrontar los dos desafíos de la gestión de la red y de la certeza de los inversores, de los que depende el futuro de un empresa tan estratégica para el país y los consumidores". Pero batallas políticas al margen, la operación sienta un paso trascendental en el sector. Se trata de la primera gran alianza entre dos operadores europeos de telecomunicaciones, antiguamente monopolios de Estado, "un cambio importante que podría no sólo llevar en los próximos años al nacimiento de una gran compañía en Europa y de capital difuso, sino también empujar a otras compañías nacionales a seguir el mismo camino", escribe el diario económico Il Sole-24 Ore.El eje Telefónica-Telecom crea además un competidor de primer plano a escala global y sobre todo para los ex monopolistas europeos, como France Telecom y Deustche Telekon. El grupo Telefónica ocupa la quinta posición en el sector de telecomunicaciones a nivel mundial por capitalización bursátil y la primera como operador europeo integrado, mientras Telecom es el más importante operador italiano. Gracias a esta nueva alianza, Telefónica consolida sus relaciones con Telecom Italia, con la que ya había firmado acuerdos de colaboración en Alemania, y refuerza su posición en Europa e Iberoamérica. No obstante, las dos empresas se seguirán gestionando de forma completamente autónoma e independiente. La compañía que preside César Alierta contará con dos consejeros en Telecom, pero estos se abstendrán de participar y votar en las reuniones de los órganos sociales en que se analicen decisiones empresariales que afecten a países donde las dos empresas estén presentes.Fruto de las conversaciones mantenidas en los últimos días, Telefónica y Telecom Italia han previsto la realización de sinergias que supondrán importantes ahorros de costes para ambas compañías. Telefónica precisó, además, que la materialización de esta compra no modificará sus compromisos con los mercados, en el sentido de limitar a una cifra neta de 1.500 millones de euros las inversiones financieras hasta finales del presente año.Telecom sufre a Evo MoralesAyer, y aunque sin perder la sonrisa por el acuerdo con Telefónica, Telecom sufrió un revés en Bolivia. Un año después de su polémica nacionalización petrolera, el presidente del país andino, Evo Morales, ha acelerado las gestiones para controlar una telefónica filial de la italiana. La intención de Morales, que mantiene negociaciones con Telecom desde hace tiempo, era lograr la nacionalización de Entel, así como la gestión, antes del 1 de mayo, coincidiendo con el primer aniversario de la estatalización de los hidrocarburos, pero todo indica que no será posible. Primero, el gobierno boliviano acusó a la empresa de intentar "burlarse" del país al colocar en la mesa de diálogo a un abogado que participó en la privatización de Entel. Después, los ejecutivos de la compañía solicitaron celebrar las negociaciones fuera de Bolivia, para evitar supuestas presiones de los medios de comunicación locales, pero el gobierno lo rechazó de plano -según explicó- para respetar "la dignidad" de todos los bolivianos". Evo Morales tiene la palabra.