La Xunta asegura que ambas entidades buscan una integración "equilibrada"madrid. Las cajas gallegas se han puesto manos a la obra para intentar cerrar una fusión, después de que el consejo de administración de Caixanova diera ayer el visto bueno al inicio de las negociaciones con Caixa Galicia. El órgano rector de esta última ya había aprobado el comienzo de las conversaciones. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, impulsor del proyecto de integración, se felicitó por el paso dado por las dos entidades y avanzó al mediodía de ayer que sus directores generales se iban "a poner en contacto en horas" para acercar posturas y buscar una operación "equilibrada" y "solvente". Fuentes de Caixa Galicia apuntaron en la misma dirección y señalaron que los contactos serán "inminentes" y al "máximo nivel" directivo y técnico, con el objetivo de acordar un protocolo para el inicio de las conversaciones formales, informa Efe. El trabajo que queda por delante es complicado, ya que las posturas de Caixanova y Caixa Galicia están muy distantes. Mientras la primera quiere liderar el grupo resultante, que la sede se ubique en Vigo y que sus máximos responsables se mantengan en la cúpula, la segunda se resiste a perder su cuota de poder, ya que, a pesar de que su situación es peor, su tamaño es muy superior. De ahí que Caixanova no haya roto los contactos con otras entidades para explorar una fusión y se muestre dispuesta a dialogar con Banca Cívica (proyecto impulsado por la CAN, General de Canarias y Burgos) y con Cajastur, que lidera una operación de integración virtual con Caja Murcia, Caja Cantabria, Caja Extremadura, la balear Sa Nostra y Caixa Penedés. A partir de ahora la viguesa y la coruñesa pondrán en marcha equipos de trabajo para encontrar puntos de encuentro e intentar perfilar la operación, a partir del informe elaborado por KPMG. Este estudio indica que la integración gallega necesitará 1.200 millones de euros en ayudas públicas, el cierre de 280 oficinas y un ajuste de empleo de más de 1.000 empleados. Estas cifras son inferiores a los cálculos realizados por Caixanova, que eleva a más de 2.000 millones los recursos estatales que requeriría la operación y que las sucursales que se verían afectadas alcanzarían las 500. En un primer momento, la viguesa había planteado que las ayudas fueran aportadas por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) y por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). El objetivo de esta financiación mixta es la rebaja de los compromisos asumidos, ya que los intereses cobrados por el Frob asciende a, al menos, el 7,75 por ciento cada año. El Banco de España no ha visto con buenos ojos este planteamiento, ya que Bruselas podría descartar su aprobación. La fusión entre Caixa Galicia y Caixanova crearía la cuarta caja de ahorros española por volumen de activos gestionados, al sumar 78.077 millones de euros , sólo por detrás de La Caixa, Caja Madrid y la valenciana Bancaja.