Nadie en su sano juicio acude a los servicios de atención al cliente por gusto o aburrimiento. Entre otras cosas, porque esas comunicaciones no son gratuitas. Ni mucho menos. La mayoría de las empresas disponen de líneas con prefijos 902 o 901, lo que significa que cada minuto de consulta viene a costar entre 6 y 47 céntimos. Lo peor de esta situación es que los usuarios que acuden a estos servicios suelen hacerlo para reclamar alguna deficiencia. Sobre el tiempo que los sufridos usuarios dilapidan mientras se mantienen en espera mejor no hablar. Telefónica se ha tomado en serio este asunto y, desde el pasado 1 de abril , ha suprimido este precio en las llamadas de atención técnica, tanto de fijo como de móvil. El operador informa de que esta acción "forma parte de su estrategia de poner al cliente en el centro de su actividad y será la primera de una serie de iniciativas, relacionadas con tarifas y atención al usuario, que pondrá en marcha en las próximas semanas". El ejemplo de Telefónica debería cundir en el sector de las telecos. Sólo Jazztel está sensibilizado en esta materia, ya que ofrece gratis las llamadas, pero sólo desde la línea fija, ya que desde los móviles se conecta con un 902. Ono cambió por un 902 un número nacional, Orange también cobra por estas llamadas y Vodafone sólo lo regala durante los tres primeros meses de servicio. Para los que busquen ahorros debajo de las piedras y que sean receptivos a la picaresca, existen servicios en Internet que informan sobre los números alternativos al 901 o 902, como es la página www.sin902.com, que dispone de más de un millar de números hermanos, pero gratuitos (ya sea porque son prefijos 900 o porque se trata de números convencionales y, por lo tanto, gratuitos para aquellos que disponen de tarifa plana de telefonía fija). Según explica esta iniciativa particular, "todo número 901 ó 902 tiene un número equivalente, por el que se puede obtener el mismo resultado y estaremos hablando con la misma empresa y el mismo departamento".