Ambos consejos no firmaron ayer el acuerdo a falta de flecos por resolvermadrid. Cuatro meses y dos semanas después de que Iberia y British Airways firmaran un acuerdo de intenciones para emprender su fusión, la operación todavía presenta alguna que otra laguna. Cuando todo estaba preparado para que los consejos de administración de ambas aerolíneas firmaran el MOA (Memorandum of Agreement) para sellar la operación definitivamente, la rúbrica se ha pospuesto. Las versiones para explicar este retraso que dan ambas compañías son diferentes. Mientras que British Airways insiste en que está preparada para firmar el acuerdo antes del 31 de marzo, plazo que estaba fijado en las condiciones iniciales anunciadas en noviembre, desde Iberia se asegura que quedan algunos flecos por resolver. Ello hace pensar que los detalles técnicos pendientes encima de la mesa sólo incumben a la aerolínea con sede en Barajas, ya que si fuera un problema común -de redacción de la operación, por ejemplo-, su socio británico no podría presumir de tener todo listo. Problema menor por resolver Varias fuentes consultadas por elEconomista aseguran que lo que queda por resolver es un problema menor y que no afecta a la estructura de la fusión. De esta manera, quedarían descartadas a priori cuestiones como un conflicto por el agujero económico del fondo de pensiones de British Airways (valorado en 4.100 millones de euros) o una discusión de última hora por la ecuación de canje pactada entre ambas aerolíneas. Como publicó elEconomista el pasado martes, en principio se fijó en un 55 por ciento-45 por ciento a favor de British Airways, pero la compañía británica conseguirá un punto porcentual más a su favor gracias a los ajustes técnicos por las participaciones cruzadas de ambas aerolíneas. De esta manera, la compañía aérea gestionada por Willie Walsh partirá en su aventura con Iberia con un 56 por ciento de ventaja en la ecuación de canje. El retraso de la firma también llama la atención si se tiene en cuenta que desde hace prácticamente dos semanas todo el papeleo estaba resuelto, según explicaban directivos de Iberia a fuentes solventes consultadas por este periódico. ¿Qué es lo que ha ocurrido? Una de las explicaciones que ayer se daban es que faltaba un papel requerido por la CNMV, el regulador de la bolsa española. Este periódico se puso ayer en contacto con un portavoz oficial del organismo, que declinó realizar ningún comentario. El parqué no nota el retraso Pese al retraso, la reacción del mercado no fue de nerviosismo. Iberia subió un 2,28 por ciento, hasta 2,69 euros (registrándose el máximo del día a las 11:00 horas en 2,73 euros), por lo que la bajada en la cotización tras conocer la noticia fue mínima. En el caso de British, fue todavía más evidente que la cancelación de la firma parece simplemente un problema burocrático. Las acciones de la firma británica subieron un 3,42 por ciento, hasta 253,9 peniques, y el máximo del día apenas fue un poco mayor: 255,8 peniques. Según el calendario fijado por ambas, tras firmar el acuerdo de fusión en el primer trimestre, una rúbrica que podría retrasarse hasta la primera semana de abril, British resolverá antes del 30 de junio su problema con el fondo de pensiones. Después, las juntas de accionistas de ambas compañías aprobarán el proceso y para finales de noviembre podría haberse cerrado definitivamente el proceso de fusión entre Iberia y British.