Jerez. Antonio Pina se despide de su familia (22,30 horas del martes). El presidente del comité de empresa de Delphi, militante del PCE y afiliado de CCOO, es la estrella mediática de la jornada. No es casual que prefiera Jerez para 'coordinar' la huelga general. "Soy jerezano, de una ciudad clave y dura para cualquier protesta". Pero sale con la sonrisa de ganador puesta. "Es un pelotazo, El Corte Inglés ha cerrado y por tanto Hipercor, y Carrefour, los grandes centros comerciales han comprendido que si la economía de cuatro mil familias va mal ellos se van a resentir. Eso nos anima mucho". A su lado, un sindicalista dialoga con los trabajadores de una mensajería. "Vámonos para el polígono del Portal, que allí la gente está trabajando dentro con las puertas cerradas", le dice el compañero al lado. "¿Y esos?", inquiere Pina. Los aludidos, policías de paisano en un coche camuflado, le siguen desde primera hora del día. Los teléfonos braman: "Oye, que han quemado un coche en Cádiz", y Pina sonríe, mira al periodista y exclama: "No te preocupes, estaba abandonado, son las cosas que pasan en estas protestas". Hay piquetes, cinco grupos desplegados por los cinco polígonos industriales de Jerez, organizados con móviles. Pina sabe que va a pasar veinticuatro horas sin dormir, que eso es básico para el éxito. La estrategia se repite por los municipios de la Bahía. Le llama el "compañero Barroso", el alcalde comunista de Puerto Real. "Me dice que su ciudad es un pueblo fantasma, nadie por las calles, hasta los kioscos de pipas cerrados".Y desde ese momento (10,30 del miércoles), en cascada, su Motorola arde. En apenas media hora, mientras recorremos el solitario Parque Empresarial, Pina ha dado la vuelta a España por todas las radios públicas y privadas. Mira al piquete que 'informa' a unos trabajadores de la construcción ("¡quillo, ya era hora, cojones, que el jefe no nos deja hacer huelga¡"): "yo no me puedo quejar, pero hoy tengo una gran responsabilidad".Le llueven las noticias por todos los flancos "¿Antonio?", le preguntan al otro lado del móvil. "Díme". El relato corresponde a Cádiz, donde los piquetes cortan una calle en el Campo del Sur, frente a los juzgados, donde sigue la actividad. Cambio de impresiones, algo de tensión y todos siguen adelante: "hasta los jueces". Hay trescientos mil trabajadores convocados a la huelga en catorce municipios. De pronto, frunce el entrecejo, traga saliva: "¿No me jodas, que siguen trabajando los tíos?". Los operarios de contratas del montaje de la Feria del Caballo siguen dándole al martillo en el parque. "Pues vamos pallá". Su presencia disuade a los contratistas de correr 'riesgos' innecesarios. Los sindicalistas casi se aburren en Jerez porque todo está cerrado, "un desierto, vamos". Apenas aparece el piquete bajan las persianas, se cierran los portones. En Jerez no salen los autobuses urbanos, ni los servicios mínimos porque los trabajadores lo consideran excesivo. Para los empresarios, con esta huelga general la provincia de Cádiz "vuelve a estar en los primeros puestos de horas perdidas por huelga", lo cual "debilita la confianza de los inversores, que son la única vía de salida a la situación de desempleo de la provincia de Cádiz". Pina escucha, no comenta nada, ni hace una mueca.La manifestación cuenta con la propia alcaldesa de Jerez, la socialista Pilar Sánchez, que luce pegatina roja de UGT y pañuelo amarillo con la leyenda "Delphi no se cierra". Guerra de cifras y noticias, que llegan a través de los periodistas. "¿Han cortado la carretera en Puerto Real?, pues vale, qué le vamos a hacer". El alcalde de El Puerto, Fernando Gago, es abucheado por bajarse a tomar un café a un bar. Los testimonios de los ciudadanos en las manifestaciones convocadas a mediodía "me ponen el pelo de punta", dice Pina, "porque hemos conseguido un apoyo social como nadie ha tenido en la bahía en mucho tiempo". Los periodistas sonríen durante la lectura del manifiesto. Nos suena a todos. Es el mismo de la manifestación del pasado día 12 en Cádiz. Un sindicalista se encoge de hombros: "Es que desde entonces nada ha cambiado, seguimos igual".