La entidad salmantina exige cerrar antes de la unión el plan laboral y el organigramavalladolid. Fumata blanca per o con condiciones. Después de una maratoniana sesión de seis horas, el Consejo de Administración de Caja Duero aprobó su fusión con Caja España, aunque condicionada a la firma de un pacto laboral y a la definición del organigrama de la futura. La tensión que se vivió en la entidad salmantina contrastó con la celeridad con que Caja España dio su visto bueno por 17 votos a favor y uno en contra a una "fusión sin condiciones". En la caja salmantina el resultado fu más ajustado, aunque finalmente fue aprobada por 13 votos a favor y cuatro en contra aunque pendiente de que en próximos días se concrete quien ocupará el puesto de director general, que quiere nombrar Caja Duero. Al puesto opta como principal favorito Lucas Hernández aunque con la oposcición de Julio Fermoso. La próxima semana la entidad salmantina ha convocado un consejo de administración para abordar este asunto, que deberá ser aceptado por Caja España. De la misma forma se intensificarán los contactos con los sindicatos para cerrar el plan laboral, condición que, al igual que el organigrama, el Banco de España cree que también se debe concretar. El proyecto de fusión deberá ser aprobado aún por las asambleas generales, cuya celebración se ha retrasado hasta mayo. La pretensión de las dos entidades, el Banco de España y la Junta es que la nueva caja empiece a ser operativa el 1 de julio. En el caso de que finalmente el director general sea Lucas Hernández, la Junta deberá modificar la Ley de Cajas, ya que el actual número dos de Caja Duero se debería jubilar en mayo o junio. La nueva Caja, que se convertirá en la sexta por volumen de activos, con 46.000 millones, solicitará 525 millones de euros de ayuda al FROB, a devolver en cinco años. La entidad nace con una red de 1.102 oficinas y una plantilla total de 5.549 empleados. Ambas cajas han propuesto a los sindicatos la reducción de estas cifras en 846 empleados y el cierre de 253 oficinas.