La emblemática Universidad Laboral se convierte en sede experimental para multinacionales como Thyssen KruppGijón. La mítica Universidad Laboral de Gijón ya es el Centro de Arte y Creación Industrial más importante de España. Un espacio de más de 14.000 metros cuadrados, de los 270.000 que tiene el complejo, dedicados a salas de exposiciones, talleres, laboratorios, salas de conciertos y cafetería en cuya rehabilitación, que ha durado dos años, se han gastado 14 millones de euros. Unas instalaciones que la alemana Thyssen Krupp ya conoce y en las que ahora se plantea crecer.El nuevo equipamiento surge en lugar de los viejos talleres de la Laboral reconvertidos por el arquitecto asturiano Andrés Diego Llaca. Esta es una de las primeras iniciativas dentro del programa de recuperación y rehabilitación de la Universidad Laboral gijonesa, pero el Gobierno asturiano confía en un esplendoroso futuro para el antiguo centro de enseñanza, construido durante el franquismo. También recientemente se ha ubicado la multinacional Thyssen Krupp Elevador con su centro mundial I+D+i, de la unidad de negocio de escaleras mecánicas, pasillos rodantes y pasarelas de embarque para aviones, con más de 2.000 trabajadores. Asimismo, la empresa tiene previsto abrir una nave para probar los prototipos de los futuros modelos que comercializará. El centro mundial de I+D+i servirá como centro formativo para los alumnos de ingeniería industrial y de Formación Profesional de Gijón. Otro proyecto entorno a la Laboral es la construcción de 100 apartamentos para estudiantes y profesores, a modo de residencia universitaria. Este proyecto se espera que esté finalizado en 2009. La Laboral acoge también la Radio Televisión del Principado de Asturias ( TPA). Y el Ayuntamiento de Gijón pretende abrir un hotel de lujo. Una edificación con historiaLa Universidad Laboral se comenzó a construir en 1948 y se inauguró en 1956. Aunque la historia del edificio se remonta a 1945, cuando el gobierno decide la apertura de un orfelinato minero para hijos de fallecidos en accidentes laborales al que se le da el nombre de Fundación José Antonio Girón, entonces ministro de Trabajo que declaró la obra de "urgente ejecución", y se la encargó a un equipo de arquitectos dirigido por Luis Moya Blanco y del que también forman parte Ramiro Moya, Pedro Rodríguez y el gijonés José Díez Canteli. Los jardines son proyectados por Javier de Winthuyssen, que era inspector nacional de Parques y Jardines Artísticos. Las esculturas son obras de Manuel Álvarez Laviada y Florentino Trapero y los mosaicos de Santiago Padrós. El centro tendría que tener una residencia para 1.000 alumnos, talleres industriales, instalaciones deportivas y granja-escuela. En el transcurso de las obras, el Ministerio de Trabajo decidió crear las universidades laborales para la formación profesional de los jóvenes y el orfelinato minero terminó transformándose en la Universidad Laboral de Gijón, la obra más representativa del franquismo en la ciudad asturiana. El centro fue como una ciudad ideal, independiente y cerrada. El núcleo principal del edificio está compuesto por una iglesia para 1.000 personas y un teatro para 1.500 espectadores, todo ello está en torno a una gran plaza mayor, parcialmente porticada. La organización de las aulas, las habitaciones de los alumnos y las de las monjas clarisas respondía a un sistema claustral.