Hace equilibrios para justificar el criterio del partido nacional y el de la Xuntamadrid. El PP ha redoblado sus esfuerzos en las últimas horas para presentar públicamente una posición única sobre la propuesta de cajas realizada al Gobierno. Un díficil ejercicio de equilibrio que tiene como fin que tanto en Galicia, en Valencia, en Castilla y León como desde la sede de Genova se transmita la total sintonía del partido respecto a la inminente reestructuración del sector financiero. No es una tarea precisamente sencilla, porque la recomendación del principal partido de la oposición se basa en la eliminación del veto autonómico a las fusiones, la competencia que esgrime el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, para argumentar su derecho a imponer la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova. Ayer, tanto la secretaria general del PP, María Dolores del Cospedal, como el propio Feijóo, se esforzaron por conciliar un mensaje contradictorio. Para Cospedal, en el partido sólo existe una opinión, y es la de considerar conveniente propiciar fusiones entre cajas de distintas comunidades autónomas por la vía de la eliminación del veto. La número dos del PP aseguró que tanto Valencia como Galicia apoyan esta medida y que en estas autonomías "no tendría que haber ningún obstáculo para los procesos de integración, fusión o absorción entre entidades de diferentes regiones". A pesar de estas afirmaciones, las frases anteriores no llevan a la dirigente a apostar por fusiones interregionales con cajas gallegas, ya que sostiene que, en el momento actual, "lo que no se puede aplicar son diferentes varas de medir a los comportamientos que tienen los diferentes gobiernos autonómicos porque sean del PP o del PSOE". Este argumento ya fue utilizado hace meses por Rajoy para, por una parte, apoyar las fusiones que transpasan una comunidad y, por otra y simultáneamente, resistirse a los deseos del Banco de España respecto a Galicia, que prefiere que esa operación no se realice. Feijóo también aportó su granito de arena a la difusión del mensaje único. Afirmó que la postura del PP es la misma en todos los lugares y dijo que su partido sólo quiere que se aplique "la misma ley en toda España". Y para explicarlo se apoyó en la teoría temporal. En el presente, si la regla general es que la ley establece un veto autonómico, él lo va a ejercer para defender los intereses de su región. En el futuro, si se modifica la normativa, acatará su supresión, ya que tendrá un efecto generalizado. Mientras, el PP sigue criticando al Gobierno por no hacer la reforma de la Ley de Cajas y conformándose con la impugnación de normativa gallega. Una reforma, por otro lado, que impediría a Feijóo llevar a cabo su proyecto. Por su parte, la vicepresidenta económica Elena Salgado, aseguró que el Gobierno sólo acometerá la modificación legal cuando se haya finalizado la reestructuración de las cajas, previsto para el mes de junio, lo que condena al PP a seguir manteniendo el apoyo a Feijóo a pesar de su apuesta por las fusiones de estructura nacional. Salgado, que días antes había incluido la reforma del sistema financiero entre los puntos que unían a oposición y Gobierno para salir de la crisis, manifestó ayer, sin embargo, que lo único en lo que estaban de acuerdo es en que no hubiera cargos electos en los órganos de gestión de las cajas. Respecto al otro punto, el del veto autonómico, fue clara al mantener que la reforma será respetuosa con la estructura territorial. Es decir, nada de restar poder a las autonomías.