madrid. Si alquilar una bicicleta para recorrer el paseo marítimo se ha convertido en un habitual de las vacaciones, ¿por qué no hacer lo mismo cuando se visita una ciudad? ¿O por qué no utilizar este transporte para desplazarse rápidamente del trabajo a la estación de tren en la vuelta a casa?Las bicicletas, por mucho que lo rezara aquella película, no son sólo para el verano. Ni para el campo, pueblo o montaña. Las bicicletas también son para las ciudades, y varios Ayuntamientos españoles han puesto al servicio de los ciudadanos este medio de transporte cómodo y ecológico que ya lleva un tiempo triunfando en otras urbes europeas. En la región francesa de Lyon, por ejemplo, hubo un récord de alquileres el pasado 12 de octubre cuando se convocó una huelga parcial de transporte. Aquel día, se registraron más de 30.000 alquileres a lo largo de toda la jornada. De momento, Gijón (con 500 bicicletas), Barcelona (1.500), Córdoba y dentro de poco tiempo Sevilla- se prevé que 2.500 bicicletas estén instaladas antes del próximo mes de julio- son las ciudades españolas pioneras en optar por este tipo de transporte alternativo. Y como se trata de un servicio público, su coste para los usuarios es ínfimo e incluso gratuito en algunas urbes. Dos son las empresas que se encargan de ponerlo en marcha y gestionarlo una vez obtenida la adjudicación tras un concurso público: JC Decaux - que lo ha denominado Ciclocity- y Clear Channel- que lo llama Smartbike-. Ambas compañías especializadas en mobiliario urbano y comunicación exterior, suelen obtener también con el contrato la posibilidad de instalar soportes publicitarios en la vía pública, potenciando al mismo tiempo su negocio. Las bicicletas están disponibles los 365 días del año, en algunos lugares como en la capital catalana tienen el mismo horario que el metro, y en otros como Sevilla lo estará de siete de la mañana a diez de la noche de lunes a viernes y de diez a diez los domingos y festivos. Basta con informarse en el Ayuntamiento de cada ciudad para conocer los detalles de cada una. Cómo acceder a ellasEl sistema consiste en distribuir las bicicletas por varios puntos de la ciudad de forma que se pueda alquilar un ciclo en uno de ellos y depositarlo en otro, sin necesidad de tener que devolverlo en el mismo soporte en el que se cogió. Las bicicletas están amarradas a diferentes postes que contienen un número pin que el usuario debe marcar para que se libere del candado. Para obtener este número hay que acudir al Ayuntamiento de la ciudad (o a través de su página web) en la que esté instaurado este servicio. Allí se obtiene la denominada tarjeta ciudadana con la que se puede liberar la bicicleta de sus anclajes. Esta tarjeta es gratuita por ejemplo en Córdoba, aunque lo normal es que se pueda obtener por un precio muy asequible: un euro a la semana o un bono anual de 24 euros. Estos bonos dan derecho a utilizar la bici durante 30 minutos al día. Si se quiere emplear durante más tiempo, lo normal es que se tenga que pagar alrededor de 30 céntimos por cada media hora y hasta un máximo de dos horas al día.Medidas contra el vandalismoSon bicicletas de toda la vida... pero que nadie se vea tentado por quedarse con una de ellas. Incorporan la tecnología más puntera y no sólo se conoce la identidad del usuario a través de la tarjeta de acceso (sus datos están reflejados en ella). Estos ciclos también poseen un sistema de GPS con el que los tienen localizados en todo momento.En cuanto a los posibles incidentes que puedan producirse (robo, deterioro, extravío...), es la empresa gestora quien asume la responsabilidad y los costes que se deriven. No obstante, el usuario debe notificarlo en el Ayuntamiento de la localidad para que tengan constancia de ello.El handicap de esta nueva política de transporte urbano que empieza a desarrollarse en España es que muchas ciudades no están preparadas para darle la bienvenida por exceso de tráfico o por no contar con un carril bici. Madrid es un ejemplo de ello, aunque está previsto que este servicio pueda instalarse en determinadas zonas de la capital donde no hay tanta afluencia de coches. París podría ser una referencia de cómo hacerlo y no morir en el intento. La ciudad de las luces pondrá en marcha este año la cifra récord de 20.600 bicicletas al servicio de sus ciudadanos a través de JCDecaux.