MADRID. Caja Madrid concedió ayer todo el poder a Rodrigo Rato. El nuevo presidente de la entidad asumió el cargo de primer ejecutivo tras la asamblea extraordinaria, en la que se mostró optimista sobre la evolución de la institución. Según fuentes conocedoras del acto, el ex director gerente del FMI se comprometió a poner sus esfuerzos en rebajar la elevada morosidad de la caja, que se sitúa por encima de la media del sector. Éste es uno de los problemas heredados de la gestión de Miguel Blesa. Rato, según las mismas fuentes, destacó la solvencia y la eficiencia de la entidad en una coyuntura económica compleja y no habló sobre la más que probable participación de Caja Madrid en el proceso de fusiones del sistema español. La asamblea además aprobó la modificación del número de miembros de la Comisión Ejecutiva, que pasará de 9 a 13, en función del pacto de estabilidad. El próximo paso será el cambio de la ley regional y de los estatutos de la entidad, con el objetivo de incrementar el consejo de administración para elevar los representantes de Comisiones Obreras de Madrid y de la Comunidad.