Participó en los prolegómenos de la negociación y quedó fuera de la reunión finalbruselas. Comenzó oficialmente a mediodía la cumbre en la que ayer los jefes de Estado o de Gobierno de los 27 países de la UE lanzaron una declaración de apoyo a Grecia o a cualquier país de la zona euro que atraviese un periodo de turbulencia en los mercados por el desequilibrio de sus cuentas públicas. Pero el texto de la declaración comenzó a cocinarse a primera hora de la mañana. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, participó en las reuniones preparatorias. Pero, a la hora de la verdad, le dejaron en el pasillo; donde debió esperar hasta que le dieron a conocer el resultado final, después de que fuera bendecido por la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy. La primera reunión, a las ocho y media, contó con la asistencia de Zapatero, en su calidad de presidente del Gobierno que este semestre desempeña la Presidencia rotativa de la UE; de Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo y presidente del Eurogrupo -las reuniones de los ministros de Economía y Finanzas de los 16 países que comparten el euro como moneda única-; el belga Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo -las cumbres periódicas de los jefes de Estado o Gobierno de los 27 países de la UE-; el portugués José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea; y el francés Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE). A las 10.30 comenzó la reunión fundamental, en la que se fraguó el acuerdo final. Cita de la que se vieron excluidos Zapatero y Juncker. En un primer momento, Van Rompuy recibió en su despacho al primer ministro griego, George Papandreu, y a los dos mandamases del club comunitario: la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy. Posteriormente se sumaron Trichet y Barroso. Los primeros en ser informados del acuerdo por Van Rompuy fueron Zapatero y Juncker. Luego el presidente del Consejo Europeo informó en la reunión plenaria al resto de los 27 dirigentes del Viejo Continente. Y al obtener el visto bueno unánime, apenas pasada la una del mediodía, Van Rompuy leyó públicamente la declaración. El presidente se justifica Al ser interrogado sobre su ausencia en la reunión crucial, Zapatero se defendió asegurando que "la estrategia se fijó en la reunión de las ocho y media", en la que sí estuvo presente. Y luego admitió, en referencia a la influencia incomparable de Merkel y Sarkozy en la arena comunitaria, que "los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo saben a quién tienen que convencer y pedir respaldo" para que fraguen los acuerdos entre los Veintisiete. Tras la cumbre, Sarkozy aseguró que, pese a no haber sido detalladas las medidas que la UE estaría dispuesta a tomar para defender a países como Grecia frente al abismo del impago, la cumbre de ayer había lanzado una declaración "fuerte, precisa y sin ambigüedad". Destacó que Grecia se comprometió a adoptar medidas adicionales para sanear sus cuentas. Y añadió que ayer se decidió "la estrategia clara de que la UE ofrece apoyo y solidaridad, y Grecia transparencia y rigor", antes de concluir: "Las modalidades y los detalles no los precisaremos. Nos reservamos para calibrar la táctica según la evolución de los acontecimientos". El euro es un bloque fuerte Merkel detalló: "Animamos a Grecia a respetar las reglas de estabilidad. Es lo mejor para que los mercados recuperen la confianza, y queremos reforzar este enfoque. Mostramos que otros países las respetan y formamos un bloque fuerte aunque uno esté débil". Y apostilló: "Grecia es uno de los nuestros, no le dejaremos caer". Por su parte, el primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker, presidente de las reuniones de ministros de Economía y Finanzas de los 16 países del euro, descartó la hipótesis de una quiebra de Grecia.