madrid. Iberdrola Renovables quiere que su liderazgo sea indiscutible. Y para que nadie dude de su músculo financiero, ayer mismo dio un golpe de efecto con la compra a Gamesa Energía del complejo eólico de El Andévalo (Huelva), con 244 megavatios (Mw) la instalación de energías renovables más grande de España. La operación está valorada en una inversión de 320 millones de euros, que incluye la compra de los parques eólicos que forman el complejo, así como las infraestructuras necesarias para evacuar la energía generada en los parques. La producción anual de este complejo eólico equivale al consumo eléctrico de más de 125.000 hogares y evitará la emisión a la atmósfera de 500.000 toneladas anuales de dióxido de carbono. Pero esta operación viene de lejos. La compañía firmó en 2005 un acuerdo con Gamesa para la compraventa de parques eólicos en Andalucía por un total de 600 megavatios (Mw). Este parque no sólo es estratégico para Iberdrola, sino también para el sistema eléctrico español, dado que permitirá mejorar las interconexiones eléctricas entre España y Portugal. En concreto, para conectar los parques a la red de transporte se ha construido una línea de 220 kilovatios (Kv) y de 120 kilómetros de longitud en doble circuito entre La Puebla de Guzmán y Guillena que hará más viable los intercambios de electricidad con el país vecino. Esta instalación de energía renovable ha supuesto un impulso socioeconómico para la zona, ya que ha creado 40 nuevos puestos de trabajo directos destinados a la operación y mantenimiento y una media de más de 300 personas para su construcción. Iberdrola Renovables alcanza ya los 5.520 Mw de potencia instalada en el país, repartidos entre sus 175 parques eólicos (5.126 Mw), 135 centrales minihidráulicas (342 Mw), 50 Mw de la planta termosolar de Puertollano (Ciudad Real) y 2 Mw de su primera central de biomasa forestal, situada en Corduente (Guadalajara).