MADRID. Hay un vencedor en la dura pugna por hacerse con uno de los proyectos de venta más suculentos de los últimos tiempos en el mercado inmobiliario, la torre de Repsol. La petrolera ha encargado a la consultora Aguirre Newman y al banco de inversión Goldman Sachs el proceso de asesoramiento de la venta de sus rascacielos, informaron a elEconomista fuentes del sector. Ambas firmas tienen como misión elaborar el cuaderno de venta del rascacielos de 250 metros de altura que ha diseñado Norman Foster en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. El siguente paso será hacer llegar ese cuaderno a los interesados por el edificio.Fuera de ese proceso de selección se han quedado las otras candidatas: Jones Lang LaSalle, que participaba en el concurso junto al banco suizo UBS, Richard Ellis y Knight Frank, que acudían en solitario a esta cita, como ya adelantó este periódico la semana pasada.La operación, que podría convertirse en una de las más caras en el mercado de oficinas en España, se realizará a través de un proceso estructural de venta cuyos plazos y condiciones empezarán a perfilarse en las próximas semanas.Y es que la petrolera tiene muy claro que este proceso de venta se realizará de forma transparente. De hecho, la reunión que mantuvo la semana pasada con uno de sus candidatos más firmes, Caja Madrid, servirá a la petrolera para tantear el precio de salida en la puja por el rascacielos. Y el asunto no pinta mal. En un principio, Repsol pedía un importe inicial de 600 millones de euros y la entidad de ahorros elevó esa cifra a unos 750-800 millones.