British Airways estudia la adquisición de la británica BMI madrid. Texas Pacific, un fondo de inversión norteamericano dueño ya de la australiana Quantas, ha pedido pista para aterrizar en el capital de Iberia. Según publicaba ayer el diario británico The Times esta firma estaría estudiando una oferta por la aerolínea española valorada en 4.000 millones de euros. La compra de Iberia no es, sin embargo, nada fácil. Todos los socios que quieran vender tendrán que preguntar antes al resto de los accionistas de referencia de la compañía, que firmaron un pacto para tener esta prioridad. Y esta condición beneficia a British Airways, el socio británico de Iberia que controla el 9,95 por ciento de la compañía. British podría ir aumentando su participación comprando las acciones de los miembros del núcleo duro que se quisieran marchar. En el hipotético caso de que la compañía aérea británica comprara toda la participación de los socios de referencia alcanzaría el 38 por ciento del capital de Iberia. El resto esta en el mercado, salvó algo más del 5% que está en manos de State Street Bank and Trust, un banco custodio de acciones que no le pertenecen.El núcleo duro de Iberia lo integran, además de British Airways, BBVA, Caja Madrid, El Corte Inglés y Logista. Si los grandes accionistas del grupo venden su participación ahora generarían unas plusvalías superiores a los 500 millones de euros. British Airways podría estar estudiando, igualmente, la posibilidad de comprar a su rival británica BMI por 1.000 millones de libras (1.471 millones de euros). El presidente de ésta compañía, Michael Bishop, propietario del 50% del capital podría vender su participación este mismo año. Pero la alemana Lufthansa podría frenar la opción de British al poseer ya un 30 por ciento del capital de BMI. Cielos abiertosLa liberalización del tráfico aéreo entre Europa y Estados Unidos permitirá a cualquier aerolínea operar en el aeropuerto de Londres-Heathrow. En la actualidad, tan sólo British Airways, Virgin Atlanltic, United Airlines y American Airlines podían acceder a la ruta Heathrow-Nueva York, de la que British tiene el 40% de los slots o derechos de vuelo.