Vuela por primera vez y puja por un negocio de 220.000 millones de dólares en 20 añosmadrid. Sobre el papel suena un poco anacrónico que un avión con más de cuarenta años de hoja de servicio pueda competir con la tecnología del A380, el avión comercial más grande del mundo con capacidad para 555 pasajeros. Pero el 747-8, que ayer despegó a las 21.39 hora española del aeropuerto de Paint Field (Everett) con retraso por la niebla, es la apuesta de Boeing para arañar cuota de mercado al superjumbo de Airbus. Aunque conserve la imagen del célebre jumbo, con la inconfundible joroba en la parte delantera del avión, el 747-8 es prácticamente un aparato que parte de cero en su diseño, ya que ha empleado todas las nuevas tecnologías investigadas por Boeing y aplicadas en su producto más vanguardístico, que voló en diciembre: el 787 Dreamliner. Poco queda del avión que en 1969 revolucionó el mercado doblando en capacidad al siguiente aparato que existía. Aunque el primer vuelo lo hará la versión Freighter (carguero). En breve, Boeing lanzará los 747-8 Intercontinental, que contarán con una capacidad de 465 pasajeros, muy superior a la última versión del avión (414 plazas) y suficiente a juicio del fabricante norteamericano para competir con el A380 de Airbus, al que consideran un avión demasiado grande para la demanda de mercado que existirá en los próximos 20 años. Diferente visión de mercado Según los estudios realizados por Boeing en su informe Current Market Outlook 2009-2028, en las próximas dos décadas se necesitarán 740 aviones de más de 400 plazas, que podrán ser cubiertos con el 747-8 Intercontinental y que supondrán un mercado potencial de 220.000 millones de dólares. Los análisis de Airbus en su estudio Global Market Forecast 2009-2028 son mucho más optimistas para su producto estrella -el A380-, ya que creen que la demanda de aviones de gran capacidad será de 1.729 aparatos y el mercado potencial por el que pujarán se disparará hasta los 571.000 millones de dólares. Unas previsiones que doblan a las de sus vecinos norteamericanos. De todas formas, tenga un fabricante u otro la razón, el 747-8 realiza su bautismo de aire con unas grandes perspectivas, ya que el mercado de aviones comerciales de gran capacidad es en la actualidad (y con casi toda seguridad lo será también en los próximos veinte años) un duopolio que se reparten prácticamente al 50 por ciento Airbus y Boeing. Una posición de partida que envidiaría un nuevo producto en cualquier otro sector que no sea el del negocio aeronáutico. Al cierre de esta edición, el avión todavía no había aterrizado (las previsiones de regreso eran para las 23.00 hora española), pero una nueva nueva etapa se ha abierto para Boeing. De momento, su propuesta comercial ofrece una capacidad de carga un 16 por ciento mayor a la que incluía su versión anterior: el 747-400F y en cuanto a consumo también es el rey de la eficiencia. Si se compara con su rival directo, el A380 de Airbus, necesita un 11 por ciento menos de queroseno gracias a los avances tecnológicos de su motor y de su menor peso, gracias al aumento de la fibra de carbono en su estructura, que ya viste a más de la mitad del avión.