El organismo emisor consigue 2.517 millones de euros con la operaciónmadrid. Sólo faltaron la dirección de Sergio Leone, la música de Ennio Morricone y el gesto serio de un joven Clint Eastwood. Por todo lo demás, la subasta de bonos a tres años realizada ayer supuso una adaptación perfecta del western La muerte tenía un precio. El duelo estaba servido. Por un lado, el Tesoro Público, dispuesto a captar entre 2.000 y 3.000 millones de euros al precio más bajo posible. Por otro, los inversores, preparados para apretar las tuercas y exigir un alto rendimiento. Y el fuego cruzado se produjo. Pim. La emisión se limitó a 2.517 millones de euros, en el punto medio de la horquilla prevista. Pam. Al Tesoro no le quedó otro remedio que rascarse el bolsillo. Pum. Los títulos se colocaron al rendimiento más alto en 13 meses. Sólo un matiz entre la ficción y la realidad. Lo que tuvo precio fue la creciente desconfianza que inspira España en los mercados, que ayer se plasmó con toda crudeza. Fue, precisamente, la operación del Tesoro la que comenzó a reflejar esa sensación, que luego alcanzó su máxima expresión, ya por la tarde, con la fuerte caída vista en los mercados bursátiles. Pero la colocación de bonos sirvió de preámbulo matinal. Un aperitivo. De los caros, eso sí. El precedente más próximo databa del 3 de diciembre. Ese día, el Tesoro emitió los bonos a tres años con un rendimiento medio del 2,138 por ciento y consiguió 3.221 millones de euros. Ayer, la ronda se le encareció. Al cabo de los tres años, por cada millón de euros emitido, el Tesoro abonará casi 81.000 euros en intereses, cuando en diciembre esa cuantía se limitaba a 65.500 euros. Es decir, la factura creció en un 23,6 por ciento. Además, la rentabilidad media ofrecida ayer fue la más alta desde enero de 2009. Entonces, alcanzó el 3,099 por ciento, aunque el contexto era distinto. Sobre todo, porque los tipos de interés oficiales vigentes, que siempre suponen una referencia para las emisiones, se encontraban en el 2,5 por ciento, cuando ahora están en el 1 por ciento. Demasiadas diferencias Este incremento pone precio al cambio de sentimiento con respecto a la situación española. Entre la operación del 3 de diciembre y la de ayer la situación ha cambiado sobremanera. Para empezar, el interés extra abonado por el Tesoro responde a que la pérdida de confianza había tensionado el rendimiento de los bonos a tres años en el mercado secundario. Desde diciembre, ha repuntado del 2,16 al 2,71 por ciento, un movimiento que forzó la alta rentabilidad a la que salió ayer el papel al mercado. En este sentido, fuentes del mercado mencionan que los inversores se encargaron de calentar el ambiente previo a la operación. Lo hicieron vendiendo bonos a tres años en las jornadas previas, una maniobra con la que alimentaron el rendimiento de los títulos, ya que éste sube cuando el precio de los bonos baja. En las dos últimas semanas, la rentabilidad ha aumentado en 33 puntos básicos -ó 0,33 puntos porcentuales-, del 2,38 al 2,71 por ciento. Para continuar, por el camino Standard & Poor's (S&P) rebajó la perspectiva sobre la deuda española de "estable" a "negativa", una variación que puede suponer el adelanto de un futuro recorte del rating crediticio. Si lo ejecutara, sería el segundo que decide esta agencia, después de que redujera la nota española desde la AAA hasta la AA+ en enero de 2009. Y para finalizar, los problemas de Grecia se han ido propagando paulativamente a otros eurosocios: primero fue Portugal y la onda expansiva está alcanzando en estos momentos a España. Dentro del esfuerzo exigido ayer al Tesoro, logró sacar adelante la colocación gracias a que la demanda superó en 1,85 veces la cantidad finalmente emitida. Así, las peticiones totales ascendieron a 4.655 millones de euros. Agenda repleta Solventada la subasta de ayer, los problemas se le multiplicarán al Tesoro en las próximas semanas, en las que tiene la agenda repleta de colocaciones. A su favor, puede tener que la mayor parte alude a títulos a corto plazo. El 16 de febrero sacará al mercado letras a 12 y 18 meses -éstos últimos vuelven al arsenal del Tesoro tres años después-. Dos días después llegará el turno de obligaciones a 30 años. Y el 23 de febrero realizará una doble subasta de letras a tres y seis meses. Además, el órgano emisor tiene previsto llevar a cabo una operación sindicada de obligaciones a 15 años durante febrero.