El comisario europeo admite que los tres países comparten "problemas comunes"bruselas. El socialista español Joaquín Almunia, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, se sumó ayer al cada vez más numeroso grupo de analistas que meten a España en el mismo saco que países como Portugal o Grecia. Sólo le faltó utilizar el acrónimo Pigs -Portugal, Italy, Greece and Spain- que con tanto desprecio han acuñado los anglosajones. Alrededor de esta constelación de Estados europeos, a la que también se pueden sumar otros como Irlanda, sobrevuela el nerviosismo de los mercados y se agita el fantasma de una posible quiebra. "Algunos miembros de la eurozona -desde diferentes puntos de partida, diferentes desequilibrios y diferentes características de sus economías- comparten algunos problemas comunes", admitió Almunia al ser interrogado por si los problemas de Grecia podrían contagiarse a Portugal y España. "Usted mencionó a Grecia, Portugal y España. Podemos añadir a otros países a este análisis", detalló el comisario europeo. Entre las características compartidas por la República Helénica y los dos países de la Península Ibérica, Almunia desgranó que "se puede observar una permanente pérdida de competitividad desde que son miembros de la unión económica y monetaria, por ejemplo, en términos de la evolución de los costes laborales unitarios". España, una cabeza por delante También subrayó que los tres países en cuestión "tienen considerables déficit públicos, y en esos déficit hay algunos componentes cíclicos, pero también hay componentes estructurales a los que hay que hacer frente". Almunia colocó a España en una posición ligeramente más favorable que a sus dos compañeros de fatigas al destacar que, "en el caso de Grecia y Portugal, más que en el caso de España, las necesidades de financiación exterior son bastante grandes, incluso en los momentos en que el crecimiento del PIB es bajo". Almunia garantizó que estos "problemas estructurales están siendo abordados por las decisiones de política económica de esos países". Y aprovechó la coyuntura para reclamar más poder para que la Comisión Europea vigile no sólo los desequilibrios presupuestarios de los países del Viejo Continente, sino para que también impulse una mejor coordinación de las políticas económicas en el seno de la UE. Una similitud más entre Grecia y España son las recomendaciones que Bruselas emitió ayer para Atenas, y las que el pasado noviembre emitió para España. El Ejecutivo comunitario reclamó ayer a Grecia, entre otras, reformas en las pensiones, en la sanidad, en las Administraciones Públicas, el funcionamiento del mercado de bienes y del mercado de trabajo. En noviembre de 2009, Almunia reclamó al Gobierno español que se embarcara en reformas para reducir los crecientes costes de las pensiones y la sanidad en una sociedad cada vez más vieja; y para aumentar la eficacia del gasto público. También pidió reformas del mercado laboral para evitar los muy elevados niveles de paro y reducir la segmentación del mercado de trabajo. Y que se garantizara la aplicación efectiva de las reformas de la educación. También en noviembre, Bruselas predijo que si no se adoptaban medidas, el déficit público en 2011 sería del 12,8 por ciento del PIB en Grecia y del 9,3 por ciento del PIB en España; y la deuda del 135,4 por ciento del PIB en Grecia y del 74 por ciento del PIB en España.