La prórroga es un varapalo para Enders, que dio un ultimatum a las nacionesmadrid. El ultimátum que dió Tom Enders a comienzos de enero para que los países socios del A400M cerraran el acuerdo de financiación le puede salir caro. El órdago lanzado por el presidente de Airbus (que obligaba a cerrar el acuerdo antes del 31 de enero o cancelar el programa aeronáutico) no fue bien visto por la cúpula de EADS, que se ha lamentado de la poca mano izquierda del máximo responsable del negocio de aviones comerciales y de transporte militar -estos últimos agrupados en Airbus Military-. De hecho, la cúpula del gigante aeronáutico está dispuesta a prórrogar, como mínimo, "un mes más las negociaciones con las naciones si no se llega a un acuerdo en este mes de enero", según explican fuentes conocedoras del proceso a este periódico. Una decisión que deja en evidencia la capacidad negociadora de Enders. Entre los siete países socios del ambicioso programa militar destacan Francia, Alemania, Reino Unido y España. Todo apunta a que el resultado final de la financiación del programa esté cerca, pero sólo quedan nueve días para que expire el mes y los calendarios están muy ajustados, ya que sólo restan cinco días hábiles para resolver el problema antes de la fecha límite del 31 de enero. Además, a las reuniones que están manteniendo los secretarios de Estado de Defensa de las siete naciones, se tendría que incorporar la dirección de EADS cuando el proceso esté en su fase final. Imagen dañada De producirse está prórroga -que sería la quinta fecha que se pone como límite para resolver el problema-, la imagen de Tom Enders quedaría muy dañada para su posible promoción en el futuro. El ejecutivo alemán de Airbus opta a volver a lo más alto en el organigrama de EADS. Louis Gallois ya tiene 65 años y en los pasillos de la sede parisina del grupo se da prácticamente por seguro que no renovará el cargo en el año 2012, cuando cumple su actual mandato. En esa fecha ya tendrá 67 años. El relevo natural de Gallois en el cargo sería Tom Enders, que ya ejerció como presidente de EADS en una fugaz etapa desde junio de 2005 a agosto de 2007, y que dejó su puesto al ejecutivo francés para afrontar una fuerte reestructuración en la compañía con el programa Power 8 y tras las turbulencias en el grupo por el posible uso de información privilegiada por varios directivos del gigante aeronáutico. Gallois ya tenía experiencia en este tipo de reorganizaciones tras su estapa en la SNCF, los ferrocariles públicos franceses. Antes, existía una estructura bicéfala en EADS, compartiendo el puesto de consejero delegado siempre un francés y un alemán, como fue el caso de Philip Camus y Rainer Hertrich. Pero si el ultimátum de Enders a las naciones fracasa, nadie sabe hasta qué punto podría afectarle. Si a ello se suma que Alemania es el país más reticente a aceptar un acuerdo en el que tenga que asumir un sobrecoste por el A400M, y que los Ministerios de Defensa y de Economía germanos están enfrentados por el avión de transporte militar, la posición del directivo alemán es muy delicada. Un portavoz oficial de la compañía consultado por elEconomista no hizo comentarios sobre la posible prórroga de un mes. El regreso de Enders a la cúpula de EADS es un secreto a voces. De hecho, desde hace tiempo se está preparando su sucesión en Airbus y todo apunta a que el relevo del piloto de combate alemán en el cargo será Fabrice Bregier, actual director de operaciones del grupo y que cuenta con la vitola de hacer un gran trabajo en la cúpula de Eurocopter, la filial de fabricación de helicópteros de EADS. El programa A400M tenía un coste inicial de 20.000 millones de euros. Debido a los retrasos de tres años y los problemas de desarrollo, el sobrecoste es de 11.000 millones de euros. EADS pretende que los Gobiernos asuman 5.500 millones.