madrid. El cielo europeo es un objetivo estratégico de Abertis, siempre atenta a cualquier oportunidad de negocio que pueda abrírsele en el negocio aeroportuario. Las últimas se sitúan en Estocolmo y Praga. En la primera, donde posee el aeródromo Skavsta, ha conseguido autorización del Tribunal de Medio Ambiente Sueco para triplicar el tráfico del aeropuerto, desde los 1,7 millones de pasajeros actuales hasta 6 millones. Gracias a este permiso, Abertis podrá sacar el máximo provecho de la nueva terminal, con capacidad para 2,5 millones de pasajeros, y mantener, como mínimo, el crecimiento anual del 30 por ciento que cosecha desde 2004.En Praga, la concesionaria catalana sigue atentamente el posible proceso de privatización del aeródromo de la capital. Un proyecto que, sin finalmente se lleva a cabo, prevé abordar siempre que tenga posibilidades de controlar la mayoría del capital y tomar parte activa en la gestión. Dos requisitos que ya tiene confirmados en el aeródromo británico Leed Bradford, por el que ha presentado una oferta de entre 175 y 200 millones de euros.